Nuevas arquitecturas de red: lo importante es el control
Una parte importante de los fabricantes de soluciones tecnológicas para el centro de datos han basado su estrategia en ofrecer productos cada vez rápidos y baratos, ignorando la necesidad de control y visibilidad sobre este entorno tan complejo. Como dice un spot publicitario de hace algunos años, la potencia sin control no sirve de nada, y esto es algo que los usuarios corporativos están valorando y demandando cada vez más.
En los centros de datos actuales, altamente virtualizados y dinámicos, los flujos de tráfico están siempre cambiando, según van cambiando las diferentes máquinas virtuales y elementos de almacenamiento. Gestionar el centro de datos, es decir, tener capacidad para solucionar incidencias de forma adecuada o manejar el tráfico exige disponer de visibilidad en tiempo real de todos los flujos de tráfico que entran y salen del CPD, que soporta hasta el 80% del tráfico total de la red corporativa.
Cualquier solución que pretenda ofrecer ese nivel de visibilidad y control, y hacerlo manteniendo la escalabilidad de la plataforma, debe llevar incorporadas esas capacidades en la propia infraestructura de red del datacenter. Solo así, utilizando una arquitectura de red basada en flujos, se puede tener una visión en profundidad del tráfico que se genera en el centro de datos, y disponer de estadísticas en tiempo real de lo que está ocurriendo en este entorno, por aplicación.
No se trata de obtener logs de tráfico que se almacenan para su posterior análisis. Esto no sirve de nada. Se trata de que el administrador de red o sistemas conozca en tiempo real los flujos de tráfico que llegan y salen del CPD: aplicaciones en uso, usuarios, localizaciones, volumen de tráfico, etc. Y todo ello sin afectar al rendimiento de la red y con una precisión del 100%.
SDN entra en escena
Hasta ahora se han relacionado las redes definidas por software (SDN) con temas tales como capacidades de integración de la red con las aplicaciones, interoperabilidad entre fabricantes, capacidad de programación sobre la red, etc. Pero SDN significa también y sobre todo expandir las capacidades de gestión y control centralizados sobre la red.
Efectivamente, esa gestión y control centralizados pueden implementarse como un panel de control central y único, programable, sobre una infraestructura integrada mediante software. Esto va a proporcionar al administrador de sistemas algo imprescindible para poder tomar las decisiones correctas en cuanto a infraestructura de TI: conocimiento acerca de lo que ocurre en toda la red, incluyendo el segmento de ella que da servicio al centro de datos.
SDN tiene que ver además con una nueva forma de hacer las cosas dentro de cada organización. SDN proporciona el nivel de abstracción necesario a la red para que pueda convertirse en un elemento de negocio al servicio de la organización. No es necesario que otros departamentos de TI o incluso áreas de negocio conozcan al detalle cómo funciona la red, pero sí conocer qué puede ofrecerles y que puede exigirse de ella. Esta abstracción acelera la innovación y proporciona una mayor agilidad a la organización, sobre todo en un momento de irrupción de muchas y nuevas tecnologías.
La información realmente útil no son los bits y los bytes, es la del negocio. El apunte concreto que reside en la base de datos, y que no tiene ningún significado para la red, y sí lo tiene para el negocio. Si logramos que la capa de control pueda tomar decisiones en base a la información útil de verdad, SDN habrá demostrado su valor. En ese momento estaremos listos para explotar la inmensa cantidad de información que pasa por delante de nosotros todos los días (y a la que no prestamos atención), convertiremos de verdad todo nuestro entorno en algo programable y dinámico, y nos asomaremos con garantías a otra gran oleada que empezamos a intuir: el Big Data.
