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Una mirada al futuro: Capgemini avanza las tecnologías predominantes para 2024

TechnoVision, una radiografía al sector tecnológico que resulta en las principales tendencias que alcanzarán un punto de inflexión el próximo año: IA generativa, tecnología cuántica o semiconductores.

Innovación Capgemini
Pascal Brier, director de Innovación de Capgemini y miembro del Comité Ejecutivo del grupo.

Aprovechando la recta final del año, son muchos quienes optan por echar la vista atrás y hacer balance de los últimos doce meses; otros, por su parte, apuestan por continuar mirando al futuro dispuestos a encarar un nuevo comienzo con el reinicio de los días en el calendario. Este último es precisamente el caso de Capgemini, quien ha presentado hoy su TechnoVision: 5 Principales Tendencias Tecnológicas a tener en cuenta en 2024. En un encuentro con prensa internacional en el que ha podido estar presente ComputerWorld, la multinacional francesa ha puesto el acento en aquellas tecnologías que alcanzarán un punto de inflexión el próximo año.

Durante el 2023, la inteligencia artificial (IA) generativa ha encarnado un papel protagonista en el debate público y empresarial a nivel mundial, aumentando las expectativas sobre esta tecnología, encaminadas a que podría catalizar el progreso en los negocios y la sociedad. Y aunque seguirá siendo un tema candente el próximo año, se espera que otras tecnologías clave también alcancen una etapa de madurez o avance decisivo en 2024 con el fin de resolver los retos actuales más importantes para las empresas, la sociedad y el medioambiente.

“Para cualquiera que haya seguido las noticias estos últimos meses, es imposible negar el impacto transformador de la tecnología. La IA generativa es un ejemplo obvio, pero no el único", explica Pascal Brier, director de Innovación de Capgemini y miembro del Comité Ejecutivo del grupo. "Cada día, los equipos de Capgemini analizan el panorama tecnológico para aprovechar el poder de la innovación para nuestros clientes y anticipar avances tecnológicos clave en el horizonte”.

En esta ocasión, de hecho, según ha avanzado el ejecutivo, han “escaneado” alrededor de 1.000 tecnologías provenientes de diferentes ámbitos como la ciencia y la ingeniería. “Además de la IA generativa, otras áreas sobre las que pondremos el ojo en 2024 son la evolución de los semiconductores, la criptografía post-cuántica, las tecnologías de baterías y la nueva exploración espacial, todas ellas decisivas para ayudarnos a afrontar los retos de nuestras economías, comunidades y ecosistemas”.

 

En clave tecnológica

 

IA generativa: lo pequeño será ahora lo más valorado

 

Desde finales del 2022 y durante todo el 2023, la IA generativa ha ocupado una posición relevante en el debate mundial sobre tecnología y negocios, con expectativas de un impacto empresarial significativo. En 2024, ¿estará a la altura de la enorme expectación que ha generado? La respuesta corta es sí. Mientras los grandes LLM (grandes modelos de lenguaje) seguirán creciendo, también aumentará la necesidad de modelos más pequeños y rentables. Estos modelos se harán cada vez más pequeños para funcionar en instalaciones que ocupen poco espacio y tengan una capacidad de procesamiento limitada; por ejemplo, en el perímetro o en arquitecturas empresariales más pequeñas. En 2024, las nuevas plataformas de IA también combatirán cada vez más el contenido generado por la propia imaginación de los diferentes modelos, conjugando los propios modelos de IA generativa con información de alta calidad procedente de los Knowledge Graphs.

En apoyo de todo esto surgirán plataformas que proporcionarán herramientas para que las empresas aprovechen la IA generativa sin necesidad de tener grandes conocimientos técnicos. Esto conducirá, a largo plazo, a la creación de redes interconectadas de modelos diseñados y ajustados para tareas específicas, y desarrollar verdaderos ecosistemas generativos multiagente. La importancia de este hecho, explican, radica en que estos avances están indicando una evolución hacia una tecnología más accesible, versátil y rentable. Estas innovaciones permitirán a las organizaciones ampliar más rápidamente sus casos de uso de IA generativa y, al mismo tiempo, obtener un mayor valor a largo plazo.

 

Tecnologías cuánticas: cuando lo cibernético se une a lo cuántico

 

Está en marcha una auténtica carrera armamentista cibernética, en la que los avances en potencia informática deben ir acompañados de mecanismos de defensa digitales reforzados. Por ejemplo, la IA y el aprendizaje automático (ML) se utilizan cada vez más en la detección y respuesta a las amenazas, mientras que el modelo de seguridad de confianza cero puede convertirse en una norma mundial. Pero está surgiendo rápidamente una nueva amenaza, impulsada por el desarrollo de la computación cuántica, que puede dejar obsoletos los actuales estándares de cifrado, como RSA y ECC.

Por tanto, el desarrollo de algoritmos resistentes a la tecnología cuántica se está convirtiendo en una necesidad urgente para mantener la privacidad y la seguridad de los datos en el futuro. En Estados Unidos, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología publicará en 2024 los estándares para la "criptografía post-cuántica" (PQC), es decir, algoritmos de cifrado que -se cree- serán resistentes a los ataques cuánticos. Dado que la Ley de Preparación para la Ciberseguridad de la Computación Cuántica exige que las organizaciones públicas y privadas que suministran al Gobierno de EE.UU estén preparadas para migrar a PQC en el plazo de un año tras la publicación de las normas del NIST, es probable que este tema tenga un lugar destacado en las conversaciones de las salas de juntas durante los próximos doce meses. “Este cambio emergente promete alterar la base misma de los estándares de ciberseguridad a nivel mundial. Todos los líderes empresariales y expertos en tecnología se verán afectados por este hito que se aproxima, mientras cada vez más organizaciones inician su transición cuántica”.

 

Semiconductores: transformación de la Ley de Moore

 

Los semiconductores, el bien más comercializado del mundo (por delante del petróleo y los vehículos de motor), son un factor crucial de la transformación digital. La Ley de Moore establece que la potencia de cálculo de un microchip se duplica cada dos años, mientras que su coste se reduce a la mitad, pero, ¿está llegando esta teoría a sus límites físicos y económicos? La industria de los semiconductores está a las puertas de una era transformadora, con múltiples factores que convergen para redefinir su panorama en 2024. Los chips están alcanzando los 2 nanómetros y los transistores se acercan al tamaño de unos pocos átomos; a la par, las inversiones cada vez mayores en I+D y en instalaciones de fabricación de vanguardia se están convirtiendo en un desafío incluso para los mayores fabricantes de chips.

“2024 debería ser testigo de una evolución de la Ley de Moore con nuevos paradigmas: a pesar de acercarse al límite físico absoluto de la miniaturización de los chips, los chiplets deberían ver avances en el apilamiento de chips 3D, innovaciones en la ciencia de los materiales y nuevas formas de litografía para seguir aumentando la potencia informática”. Un cambio que se reflejará en el propio ecosistema de los semiconductores con la aparición de nuevas gigafábricas, normativas, modelos de negocio y servicios de fundición.

 

Baterías: el poder de la nueva química

 

Mejorar el rendimiento y reducir los costes de las baterías es uno de los principales objetivos tanto de las empresas como de los gobiernos, ya que los riesgos industriales son altos para cada nación. El objetivo es apoyar la movilidad eléctrica y potenciar el almacenamiento de energía de larga duración, fundamental para acelerar la transición energética hacia las energías renovables y el progreso de las redes inteligentes.

Mientras que el LFP (ferrofosfato de litio) y el NMC (níquel manganeso cobalto) se están convirtiendo en estándares para las aplicaciones de los vehículos eléctricos, se están explorando varias tecnologías con la química de baterías, como las baterías sin cobalto (de iones de sodio) o las de estado sólido, con una aceleración probable en 2024. Estas últimas representan un cambio importante en la tecnología de las baterías, principalmente para los vehículos eléctricos, ya que tienen mayores densidades de energía (es decir, capacidad de almacenamiento) a un precio que será inferior al de las baterías tradicionales. También reducen la dependencia de materiales como el litio, el níquel, el cobalto, los minerales de tierras raras y el grafito, al tiempo que prometen una vida útil más larga y una seguridad más sólida.

 

Tecnología espacial: abordar los desafíos de la Tierra desde el espacio exterior

 

En 2024, la humanidad se prepara para regresar a la Luna. Este renovado interés por las tecnologías espaciales pretende impulsar los descubrimientos científicos y ayudar a resolver los retos más críticos de la Tierra, como el monitoreo de los riesgos y desastres climáticos, un mejor acceso a las telecomunicaciones, así como la defensa y la soberanía. La nueva era espacial está impulsada no solo por organismos públicos, sino también por agentes privados, desde startups hasta corporaciones, y cuenta con el apoyo de diversas tecnologías como el 5G, los sistemas avanzados de satélites, el big data, la computación cuántica, etc. En 2024, esto debería acelerar la innovación y respaldar proyectos tecnológicos muy prometedores en el campo de la propulsión sostenible de naves espaciales (ya sea eléctrica o nuclear) y nuevas constelaciones de órbita terrestre baja para comunicaciones fluidas y criptografía cuántica.

 

Más allá  del horizonte 2024: una apuesta a cinco años vista

 

Hidrógeno bajo en carbono: hacia una alternativa fiable a los combustibles fósiles

 

El hidrógeno se ha considerado durante mucho tiempo una alternativa de combustible limpio porque sólo produce agua cuando se quema. Sin embargo, la producción tradicional de hidrógeno consume mucha energía y a menudo depende de combustibles fósiles. La tendencia hacia el hidrógeno bajo en carbono pretende cambiar esta situación utilizando energía renovable o nuclear para alimentar la electrólisis del agua, dividiéndola en hidrógeno y oxígeno con cero emisiones de carbono. Los avances en la tecnología de electrolizadores, incluido el desarrollo de electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) y de óxido sólido, están mejorando la eficiencia y reduciendo los costes.

No obstante, el hidrógeno bajo en carbono sigue sin ser competitivo en este momento, lo que se suma a otros retos de fiabilidad y escalado. Países y empresas de todo el mundo están realizando grandes inversiones en hidrógeno bajo en carbono como parte de sus estrategias para lograr la neutralidad de carbono, con el objetivo de abaratar su coste en un futuro próximo.

 

Captura de carbono: acelerar la descarbonización de procesos

 

Si bien la reducción de las emisiones de carbono sigue siendo la principal prioridad, tal y como se define en el Acuerdo de París, varios sectores críticos también tendrán que invertir en tecnologías de captura de carbono (especialmente en el punto de origen, como una fábrica de cemento o acero) para alcanzar sus objetivos de descarbonización. Los nuevos métodos de captura de CO2 son cada vez más eficientes y consumen menos energía, con el apoyo de importantes inversiones públicas, especialmente en EE.UU y la UE.

Las innovaciones incluyen el desarrollo de tecnologías avanzadas de disolventes que requieren menos energía para capturar, utilizar y almacenar CO2, así como sorbentes sólidos que podrían ofrecer un menor coste y una mayor selectividad. Además, el filtrado de CO2 de otros gases mediante tecnología de membranas se está perfeccionando para mejorar su eficacia y escalabilidad. Sin embargo, la captura de carbono todavía se enfrenta a desafíos específicos como el coste, el almacenamiento o la conversión en procesos industriales.

 

Biología sintética: aprovechar el poder de la naturaleza

 

La pandemia de la Covid-19 puso de relieve la importancia de la biología sintética para proteger la salud pública, destacando el inmenso potencial de innovaciones como el ARNm sintético para desarrollar vacunas a una velocidad sin precedentes. En noviembre de 2023 se alcanzó un hito importante cuando el organismo regulador de medicamentos del Reino Unido aprobó una terapia que aprovecha la herramienta de edición genética CRISPR-Cas9 como tratamiento contra las enfermedades de células falciformes, la primera de este tipo en la historia de la medicina.

Pero la biología sintética va mucho, mucho más allá. Se trata de un campo interdisciplinar que combina la biología, la ingeniería, la informática y la biotecnología, permitiendo aplicaciones revolucionarias que podrían repercutir drásticamente en la medicina, la agricultura y la sostenibilidad medioambiental. En la confluencia de los rápidos avances tecnológicos y las necesidades globales críticas, esta tecnología está llamada a ser un tema candente en los próximos años. Las innovaciones en el horizonte incluyen células y organismos programables capaces de fabricar nuevos medicamentos, productos químicos ecológicos y materiales sostenibles, así como avances en la edición de genes que ofrecen la posibilidad de curar trastornos genéticos.



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