El valor de la telepresencia para la empresa

Aumento de la productividad y reducción de costes, mayores niveles de colaboración entre personas y equipos, contribución a la sostenibilidad... Todas estas ventajas y otras muchas asociadas a la telepresencia aportan un gran valor de negocio que, junto con el atractivo que ya en sí tiene esta nueva herramienta de comunicación, está impulsando la videoconferencia a un nuevo estadio de adopción no conocido hasta ahora.

Tras muchos años de lenta difusión entre las empresas, la videoconferencia aprovecha ahora las nuevas capacidades de banda ancha y los últimos avances en vídeo de alta definición para dar un salto evolutivo y convertirse en uno de los grandes reclamos del mercado de comunicaciones unificadas (UC), un segmento que, pese a la recesión, sigue registrando grandes tasas de crecimiento.
Según datos de IDC, los ingresos por UC en Europa pasarán de los 2.600 millones de dólares registrados en 2008 a 13.500 millones en 2013, lo que supone un crecimiento anual compuesto del 39%. Para la consultora, la difícil situación actual, con fuertes reducciones de las inversiones en TI, aún sigue ofreciendo buenas oportunidades para las soluciones que ayudan a recortar los gastos a corto plazo.
En cuanto a la telepresencia en concreto, incluyendo tanto el equipamiento como los servicios de red y los servicios gestionados, las estimaciones de mercado de ABI Research apuntan a un volumen de negocio global de 2.500 millones de dólares en 2011, más de 1.800 millones que en 2007. La consultora destaca el alto coste de los desplazamientos y viajes en dinero, pérdida de tiempo y contaminación como la razón que explica que una compañía esté dispuesta a invertir más de 330.000 dólares en una instalación de telepresencia.

Videoconferencia de última generación
El gran tirón de la telepresencia está ayudando incluso a dar mayor popularidad entre las empresas a su predecesora la videoconferencia, un fenómeno inverso al que suele ocurrir con las distintas generaciones de cualquier tecnología. Esto explica que, en su gran mayoría y salvo grandes excepciones como Cisco y HP, en este mercado compitan las firmas tradicionalmente vinculadas a la videoconferencia, como Polycom, Tandberg, Sony, LifeSize o Radvision. Compañías que junto con los proveedores de servicios gestionados que incluyen estas herramientas de comunicación en sus ofertas, como Telefónica, BT, Unitronics, Easynet, Dimension Data y Telindus en España, forman el ecosistema natural de este segmento de mercado.
Según Eduardo Díez, director de Marketing de Tandberg para España, Portugal y Latinoamérica, el gran interés despertado por el concepto de telepresencia en el mercado español “está favoreciendo muchísimo al mercado de la videoconferencia en general. De las muchas empresas que se acercan a nosotros interesándose por la telepresencia, algunas se deciden por ella y a otras les sirve para conocer mucho mejor las soluciones de videoconferencia tradicional y empezar a partir de ahí a disfrutar de las soluciones de comunicación visual. Hay que tener muy en cuenta que no a todo el mundo le puede convenir una solución de telepresencia, pues hay muchos factores a considerar, como el público al que va destinado, el usuario final, la experiencia previa en el campo de la videoconferencia en general, disponibilidad de recursos técnicos y humanos para gestionarla y ponerla en funcionamiento…La telepresencia no puede ser el producto de entrada o una primera toma de contacto con la videoconferencia, si no una segunda fase o evolución en empresas que ya cuentan con una cierta experiencia en este tipo de sistemas”.
Para Eduardo Díez, la telepresencia se está posicionando como un producto o solución Premium que hace que sea en cierta medida un producto de nicho. “Por precio, funcionalidades y características propias de estas soluciones no estamos en los volúmenes de venta de las soluciones de videoconferencia tradicional, pero tampoco es algo que se pretenda por ningún fabricante. El objetivo es poder presentar a nuestros clientes un producto con un valor añadido y un diferenciador frente a la videoconferencia tradicional.”
En realidad, la telepresencia surge como una videoconferencia de última generación resultado de una evolución tecnológica en la que prima la experiencia del usuario como principal factor de adopción. Prácticamente todas las demás diferencias entre ambas generaciones, así como las ventajas propias de la telepresencia, surgen como consecuencia de esta mejorada experiencia de usuario. Como recuerda Díez, estas nuevas soluciones, que empezaron a aparecer con poco ruido mediático a finales de los años 90, son en realidad “soluciones de videoconferencia con unas altísimas prestaciones de audio e imagen y que en los últimos años se presentan además en unos entornos envolventes muy singulares de iluminación, mobiliario y domótica que permiten un fácil manejo intuitivo de los equipos, así como un mejor contacto visual”. Pero el principal factor diferenciador es asegurar y facilitar la experiencia y sensación de realismo durante las sesiones, para que “los participantes de una sesión de telepresencia tengan la impresión de estar reunidos en la misma sala con interlocutores que están a miles de kilómetros”.

Tecnología invisible
Todos los agentes de este mercado coinciden en destacar la experiencia de usuario como principal diferenciador entre ambas generaciones. Según Luis Palacios, director de Desarrollo de Negocio de Cisco España, la telepresencia emplea innovaciones como la utilización de vídeo de ultra-alta definición, la reducción de la latencia punto a punto hasta hacerla imperceptible y la incorporación del sonido espacial, proporcionando una verdadera experiencia personal. “A diferencia de la videoconferencia, absolutamente todo en la telepresencia gira alrededor de la experiencia de las personas. Y para obtener esa sensación de realidad, el color, el mobiliario de la habitación y la luz es el mismo en todas las salas. Asimismo, el sonido es espacial; el vídeo, de ultra-alta definición, y no existe el eco. Para disfrutar de la telepresencia, el usuario sólo tiene que reservar la sala y, una vez en ella, pulsar un botón del teléfono”.
Todas estas ventajas tecnologías “crean un ambiente envolvente que intenta hacer que los participantes, por lejanos que estén unos de los otros, tengan la sensación de que se encuentran compartiendo el mismo lugar, de manera que puedan tomar decisiones importantes sin necesidad de tener que viajar largas distancias. La telepresencia puede crear la suficiente confianza entre los participantes como para tomar decisiones críticas”, asegura Matt Taylor, responsable europeo del producto MVM (Managed Virtual Meeting) de Easynet.
Se trata, como afirma Sergio García, Business Development Manager de Unitronics, de “crear la ilusión óptica de estar sentados en torno a la misma mesa de reuniones sin la barrera tecnológica que en ocasiones supone la videoconferencia. Todo ello con el objetivo de que la tecnología aparezca como invisible a los ojos del usuario. Por ello, aunque sus sustratos tecnológicos pueden ser comunes a ambos sistemas, muchos de los elementos que están presentes en una solución tradicional de videoconferencia han sido eliminados intencionadamente de los si

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