La Edad de Oro del 'data center' en España

La industria del centro de datos celebra esta semana su día internacional. Y lo hace como garante de la economía digital. A sus expertos y directivos les gusta decir que todo lo que sucede en Internet corre por sus venas, o más bien por los cables de estos complejos arquitectónicos que son juez y parte de nuestro día a día. En esta partida, a España le han tocado muy buenas cartas, y ya asegura, sin complejos ni paliativos, que es el hub de interconexión del Sur de Europa. Los números así lo confirman. No solo porque ya hay unos 70 data centers, más los que están en proceso de construcción, distribuidos por toda su geografía –la mayoría de ellos en Madrid–, sino porque se espera una inversión directa de 8.000 millones de euros hasta 2026, y se estima que cada euro invertido se multiplica por siete en cuanto a repercusión en el Producto Interior Bruto (PIB), según la patronal Spain DC. La asociación surgió en 2021 –cuenta ya con más de 140 afiliados– precisamente para concentrar el músculo de la industria local e influenciar y fomentar, entre otros objetivos, las políticas públicas al respecto. “Sin centros de datos no hay transformación tecnológica”, indicaba su actual presidente, Emilio Díaz, en esta reciente entrevista con ComputerWorld. El también CEO del jugador de colocation Nabiax indicaba que el país está, sin duda, en el ‘Top 3’ del Viejo Continente para invertir.

Pero sostener este crecimiento conlleva grandes retos. Por ejemplo, para ese mismo año se necesitarán 2.000 profesionales técnicos. Y, el aterrizaje de los hiperescalares (AWS en Aragón, Microsoft en Madrid y Aragón próximamente, y Google en Madrid), que se ha producido en los últimos ejercicios, requiere de más potencia energética. También la conjugación de importantes y nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA) y la nube. Es decir, hay que pasar de los poco más de 100MW actuales a unos 600. “La llegada de estos gigantes, con su implantación en las distintas ciudades, cambia totalmente la dimensión del mercado. Vienen con plazos razonables, pero nos enfrentamos a una regulación que, en términos de potencia, tiene planes a cinco años. Nadie es capaz de esperar tanto”, reflexionaba Díaz.

Su presencia es un acicate para el sector. En conversación con este medio, la nueva líder de AWS en España y Portugal, Suzana Curic, se congratula por el movimiento de atracción de empresas y negocio que está generando su campus en Aragón, que lleva asociado un gasto de 2.500 millones de euros a 10 años y genera unos 1.300 empleos anuales con una aportación total al PIB de 1.800 millones de euros. Microsoft, por su parte, también anunciaba hace poco su mayor partida presupuestaria en el país hasta la fecha, cuyos campus podrían sumar 8.400 millones al PIB y crear hasta 69.000 puestos de trabajo para el periodo 2026-2030. Google Cloud, el primero en abrir una región en la capital, se mueve en cifras de inversión cercanas a los 650 millones de euros.

El sector recibirá una inversión directa de 8.000 millones de euros hasta 2026, pero tiene el reto de pasar de 100MW a 600 para ese año

“Un momento dulce”

“El sector ha explotado, vive un momento dulce”, expresa el analista de TI Fernando Maldonado. “Ha habido un antes y un después de la pandemia. Se ha visto que este tipo de infraestructuras tienen mucho que decir en nuestra economía y modo de vivir”. Desde entonces, continúa, Madrid ha sido la gran tracción del Sur de Europa, seguida de Barcelona, confirmando que el acelerón ha sido producido por la simbiosis de cloud e IA y la apuesta de estos hiperescalares. “Estos tienen unas necesidades diferentes en cuanto a ubicación, están fuera de los núcleos urbanos, mientras que los colocation se sitúan en grandes urbes”.

Preguntado por si España ya se sienta en la misma mesa que los famosos e históricos FLAP (Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París), el experto responde que estos últimos se han visto desbordados, sobre todo Ámsterdam, llegando a puntos de saturación y situando la demanda en otros lugares que ganan en latencia. Así, el protagonismo local redundará en impacto directo e indirecto en el PIB y en empleabilidad. “Además, subyace la idea de innovación, otros sectores fuera de las TI, como el sanitario o el gamer, querrán estar cerca de este polo y de esta idea de desarrollo. Y, los centros de innovación siempre se ubican donde tienen apoyo de infraestructura”.

Por contraposición, Maldonado busca también rebajar tanto optimismo; cree que para llegar a los 600mw hay muchos temas que resolver. “Tenemos capacidad para atraer inversores, pero estos se van a topar con la realidad de las compañías eléctricas y con que los distintos permisos se produzcan a la velocidad adecuada. Una cosa es lo que se anuncia sobre el papel y otra la realidad. Algunos proyectos se van a quedar por el camino y hay muchos anuncios de gasto de empresas en capacidades elevadísimas que no estoy seguro de que lleguen a puerto”.

Asimismo, el analista coincide en que “a medida se va a generar más consumo, va a haber más regulaciones y se va a pedir más en cuanto a sostenibilidad”. Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía pone de relieve que en 2026 un país como Irlanda puede llegar a dedicar un tercio de su consumo de energía a la industria del data center. “Pero, como estas empresas son punteras en energía lo son también en fomentar e impulsar las renovables. Sostenibilidad y digitalización no son conceptos antagónicos y se pueden mover en la misma dirección”, concluye.

Podrá leer próximamente en ComputerWorld una extensa entrevista con la nueva directora general de Amazon Web Services (AWS) para España y Portugal, Suzana Curic.