Virtualización bajo control. Retos de gestión

La virtualización de servidores ayuda a los responsables de TI a asignar más recursos con menos hardware, pero no sin añadir complejidad a las tareas de gestión.

La virtualización de los servidores hace posible correr múltiples aplicaciones y sistemas operativos sobre un número menor de recursos de hardware, lo que no deja de atraer a los responsables de TI, que ahora más que nunca buscan mejorar los ratios de utilización de sus activos. Se entiende así que, según un reciente estudio de Forrester Research, las empresas sondeadas aseguren haber virtualizado ya un tercio de sus servidores, un porcentaje que planean elevar al 50% durante los dos próximos años. Pero no todos son ventajas. A medida que los departamentos de TI emprenden despliegues de virtualización de mayor cobertura, cada vez son más evidentes los retos de gestión que esta tendencia introduce.
Todos los expertos coinciden con IDC en el diagnóstico. Para la consultora, la virtualización es una tecnología “adictiva” que lleva a los responsables de TI a adoptar máquinas virtuales más rápido de lo que pueden asumir el cambio a la hora de gestionarlas. Por ello, estas tecnologías exigen invertir en gestión desde el primer momento de su adopción si no se quiere correr riesgos. De hecho, de acuerdo con los resultados de un estudio publicado el pasado mes de marzo por CA, aunque el 54% de las grandes empresas de todo el mundo dan a la gestión de sus entornos de servidores virtuales una prioridad crítica o alta, sólo el 45% cree que están haciendo un trabajo eficaz en esta área.

Visión global
Hay quien afirma –por ignorancia o interés– que gestionar máquinas virtuales no es muy diferente de gestionar servidores físicos. La verdad es otra. Tan otra que, antes de desplegar tecnologías de virtualización en entornos de producción, conviene diseñar un plan de gestión global que comprenda todos los aspectos bajo su órbita. Como recuerda Enterprise Management Associates (EMA), firma independiente de consultoría y análisis, "la gestión no es una disciplina aislada, pues en la práctica abarca desde la planificación de la continuidad del negocio a la gestión de parches". En el caso concreto de la planificación de la continuidad de negocio, los servidores virtuales podrían ser considerados más fáciles de gestionar que los servidores físicos, pero cuando se trata de parchear múltiples sistemas, no hay duda de que el mundo virtual introduce complejidad. “No siempre se estará seguro de haber parcheado todos los sistemas virtuales y, obviamente, esto es un problema".
Y hay más. Cuando se gestionan servidores virtuales junto a máquinas físicas, los factores de consistencia y estandarización cobran relevancia. Los responsables de TI han de predefinir los parámetros de configuración y mantenerlos constantes y seguros, ya que los entornos virtuales son más proclives a la aparición de problemas de este tipo; lo mismo sucede con los parches.
Más allá del mantenimiento y la gestión de la disponibilidad, otra área de gestión clave es el rendimiento. De hecho, según Ptak, Noel and Associates, en un entorno virtual la identificación del origen de los problemas de rendimiento se hace mucho más compleja, ya que exige comprender cómo las cuestiones relacionadas con el servidor físico se manifiestan en las máquinas virtuales. Por otro lado, siendo la flexibilidad del uso de los recursos una de las ventajas de la virtualización, los responsables de TI han de ser conscientes de las dificultades que implica que múltiples máquinas virtuales residentes en una misma caja compitan por los mismos recursos.

Contra el crecimiento descontrolado
Al simplificar el despliegue de servidores, la virtualización, por paradójico que parezca, puede acabar siendo un problema. Tal facilidad de despliegue fomenta la adopción de la virtualización de una forma poco planificada, ya sea en servidores de producción como de prueba. Y esto lleva a un crecimiento descontrolado del número de máquinas virtuales. Para impedirlo, basta con aplicar los mismos procedimientos de control y auditoría que se utilizan con los servidores físicos. Así, se garantizará la puesta en marcha de justo el número de máquinas que se requiere.
Una medida básica es no autorizar la instalación de máquinas virtuales sin el conocimiento del departamento de TI. También las herramientas de inventario y gestión basados en políticas pueden ayudar al personal TI a controlar el número de servidores y evitar que el fenómeno conocido como “virtual sprawl” (o “proliferación virtual”) impida el éxito del proyecto de virtualización. Por “virtual sprawl” hay que entender el fenómeno por el que múltiples servidores infrautilizados ocupan más espacio y consumen más recursos de los que requiere su carga de trabajo.
Los expertos sugieren adoptar además un proceso de gestión del ciclo de vida del servidor que haga su seguimiento, desde su creación a su eliminación, de su estado y propósito, ya sea físico o virtual. Fallar y relajarse en este punto puede complicar otros retos de la gestión de máquinas virtuales, como la de parches: si no se sabe con cuántas máquinas contamos y cuáles están sin actualizar, no hay modo de parchearlas.

Actualización de herramientas
¿Las herramientas de gestión convencionales son suficientes para los servidores virtuales? Los fabricantes de sistemas de gestión responderán afirmativamente, y hay que reconocer que han avanzado considerablemente en cuanto al soporte de entornos virtuales. Desde los líderes del mercado de este segmento, como CA, a las firma especializadas en gestión del centro de datos, como BladeLogic, los fabricantes –mediante alianzas o con desarrollos propios– están integrando sus soluciones con las herramientas más populares para permitir el intercambio de datos y proporcionar algunas métricas sobre el estado y disponibilidad de los servidores virtuales. Hay compañías que ya proporcionan –o prometen hacerlo pronto– métricas de gestión tanto físicas como virtuales en lo que se refiere a cuestiones como el nivel de utilización del CPU, discos y memorias, pero lo cierto es que los administradores de TI seguro que necesitan algo más que esa información básica.
Algunos usuarios reconocen que, si bien sus herramientas de gestión convencionales trabajan igual con sus servidores virtuales que con sus servidores físicos, no pueden conseguir una visión de la máquina en su totalidad, una funcionalidad clave para gestionar la virtualización. Start-ups tales como PlateSpin, Scalent Systems, Veeam y Vizioncore, entre otras, dicen tapar el hueco que los fabricantes dominantes no pueden llenar en estos aspectos. Algunas de estas firmas se centran,

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