Tormenta de críticas sobre el estado de la competencia

Los operadores alternativos cierran filas frente a Telefónica. A la reciente presentación de un decálogo ante el Ministerio de Ciencia y Tecnología solicitando la limitación a un 85% de la cuota lícitamente alcanzable por el operador dominante, se suma ahora una avalancha de críticas expresadas en sendos debates en Madrid y Barcelona.

Cuatro años después de la liberalización oficial del sector de las telecomunicaciones en España se observa una falta de competencia efectiva, además de un vacío en el área de servicios y contenidos. Ésta es la percepción de la mayoría de los ponentes que participaron en la jornada “Las telecomunicaciones en Cataluña: el reto pendiente”, organizadas en Barcelona por la Asociación para el Progreso de la Dirección y la consultora Soluziona.
“Hemos liberalizado pero no hemos introducido competencia”. Así de rotundo se mostró Joan Majó, presidente del Working Group Information Society. Para Majó la causa de esta falta de concurrencia entre dos factores cuya interrelación ha sido siempre presupuesta se debe a la primacía en el modelo de liberalización del fomento de la construcción por los operadores de red propia, en lugar de impulsar la compartición de infraestructuras de manera que aquellos pudieran centrarse en la oferta de servicios. Pero Josep M. Esteve, director general de Aunacable-Menta, se quejaba de lo contrario: “la regulación no ha favorecido a aquellos que desarrollan su red propia”.
Encargada de la clausura de la jornada, la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, apuntó la situación actual de commodity que suponen las infraestructuras de telecomunicaciones, señalando que éstas “ni dan valor diferencial ni hacen crecer el mercado por lo que ha de haber una oferta de contenidos y servicios interesantes para empresas y ciudadanos”.

Compromisos cumplidos. Durante la jornada inaugural del II Congreso de Telecomunicaciones, Media y Tecnología, celebrado en el Instituto de Empresa de Madrid en junio, los representantes de los principales operadores del sector debatieron también sobre la situación de la competencia. Concretamente, en el debate participaron Roberto de Diego, presidente de BT Ignite Europa, Rafael Díez Vega, director general de servicios para operadores y regulación de Telefónica, Martín Varsavsky, presidente de Jazztel, José López Tafall, representante de Retevisión, y Baldomero Sánchez, portavoz de Uni2.
Según la mayoría de los asistentes, los operadores alternativos han cumplido con lo que de ellos se esperaba, tanto en creación de empleo e incremento de inversiones, como en disminución de precios e introducción de nuevas tecnologías y productos. Pero no encuentran en la regulación española una auténtica protección de sus intereses frente a los del operador dominante. En opinión de Varsavsky “existe un cóctel empresarial liderado por el grupo Telefónica y Prisa que impide al Gobierno tomar medidas de forma imparcial”. Por su parte, el representante de Uni2 llamó la atención sobre la inutilidad de una regulación sin un regulador eficiente que la haga cumplir.

Telefónica se defiende. Tanto en las conferencias de Barcelona como en el congreso de Madrid, la visión de Telefónica fue muy diferente, como era de esperar, de la de los operadores alternativos. En Barcelona, el director general de Telefónica en Cataluña, Josep Garriga, manifestó su discrepancia con las voces que afirman la inexistencia de competencia. “Los precios han caído y una parte importante de la facturación está en manos de nuestros competidores”. Según Garriga, es una utopía “pensar que se puede hacer una infraestructura de fibra en poco tiempo y hacerse con el 50% del mercado”.
Por su parte, en el Congreso de Telecomunicaciones, Díez Vega salió en defensa del Grupo Telefónica ante las interpelaciones lanzadas por sus competidores remarcando que “Telefónica se ha ajustado siempre a las reglas establecidas en el marco liberalizador” y criticando que “el resto de los operadores sólo ven las oportunidades cuando Telefónica se lanza”. Como argumento de una efectiva competencia en el mercado, declaró que “Telefónica había perdido un 15% de cuota de mercado”, cifra que, según el resto de operadores, no se corresponde con la realidad.


Los alternativos reclaman
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A finales de junio, los principales competidores de Telefónica, agrupados en Astel, junto a la CEOE y Aniel, presentaban ante Ciencia y Tecnología un decálogo en el que proponen una serie de medidas concretas para endurecer el actual marco regulatorio limitando el poder del operador dominante. Por su parte, Telefónica ha advertido que reduciría sus inversiones en España –este año la previsión es de 1.890 millones de euros– si el Gobierno acepta la propuesta. Las reivindicaciones solicitadas incluyen, entre otras:
- Fijar, por ley, en un 85% la máxima cuota de mercado de Telefónica durante cinco años.
- Ampliación de la preselección a todo tipo de llamadas.
- Factura única, en la que se incluya la cuota de abono, para los clientes de preselección.
- Obligatoriedad de Telefónica de alquilar más del 25% de sus bucles a partir de enero.
- La CMT podrá investigar y sancionar actitudes no colaborativas entre operadoras que delaten una política obstruccionista.

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