Tendencias en almacenamiento

Al ritmo que evoluciona el concepto de centro de datos, así lo hace el de almacenamiento, incorporando nuevas propuestas en busca de la flexibilidad, la eficacia y la reducción de costes. En este informe destacamos, tanto por su valor real ya en estos momentos como por el gran potencial que encierran para un futuro cercano, la eclosión del modelo bajo demanda y de pago por uso, la virtualización integrada de las tecnologías de servidor y de almacenamiento, y el auge que está cobrando ILM, siglas que remiten a un nuevo modo de gestionar la información más en línea con el objetivo del negocio.

1- Capacidad bajo demanda
Uno de los distintivos del nuevo centro de datos es la flexibilidad, al rebasar los límites que representan los recursos dedicados, casi siempre infrautilizados. Y en lo que afecta al almacenamiento, esta flexibilidad significa poder conseguir capacidad de forma automatizada, bajo demanda y según el modelo de pago por uso.

Aunque las empresas llevan tiempo logrando de los fabricantes acuerdos de licencias creativos que reducen los costes del almacenamiento, están apareciendo en los últimos meses nuevos modelos que aportan ventajas adicionales a los usuarios, ya se atengan al concepto bajo demanda (“on demand”) o al más novedoso de “utility storage”. Ambos aportan un mayor control del coste y mayor facilidad a la hora de planificar la capacidad de almacenamiento, y, en realidad, no siempre es fácil establecer las diferencias entre ellos, dada la confusión general con que aparecen incluso en los documentos de los propios analistas y expertos. El marketing de los fabricantes, como casi siempre, no contribuye nada a la clarificación, ni aún en los casos en que ni siquiera existen diferencias conceptuales que justifique tal baile de términos.
En principio y al menos en los últimos tiempos, se podría entender por almacenamiento bajo demanda cuando un usuario compra un array con capacidad extra a la que accede en porciones de datos prenegociadas pero que han de pagar los usen o no. En el modelo de utility o de “pago por uso”, los arrays de almacenamiento suelen venir configurados con el volumen de capacidad que una empresa estima que necesitará, más una capacidad extra determinada. El usuario puede usar poca o mucha capacidad en función de sus necesidades, y sólo paga por el volumen realmente utilizado en cada momento. La meta no es otra que disfrutar de capacidad de almacenamiento como si fuera una utility más, como el agua, la electricidad o el gas; hasta el punto de que en Estados Unidos esta modalidad empieza a ser conocida como “pago por contador”.
Existen diferencias, no siempre sutiles, pero, en cualquier caso, los dos esquemas introducen una nueva forma de entender la planificación y la adquisición de capacidad de almacenamiento, bajo la tendencia general en el sector hacia un nuevo modelo de entrega de capacidad tecnológica por parte de los suministradores, y de uso –más efectivo, controlable y asequible– por parte de los clientes .

La visión de EMC
Así lo ve José Luis Solla, director general de la filial española de EMC, para quien “el almacenamiento bajo demanda y el pago por uso básicamente significan lo mismo; es decir, el usuario paga estrictamente la capacidad que utiliza, independientemente de la que se haya puesto a su disposición”.
En la práctica, este principio admite un muy amplio abanico de posibilidades. Una versión simple, explica Solla, podría ser la de un usuario que dispone de una capacidad de almacenamiento muy superior a la que necesita inicialmente, en función de la estimación de sus necesidades para los próximos de 12 a 36 meses, “pero sólo comienza pagando lo que realmente utiliza al principio, para ir subiendo la factura según se incrementa el consumo real”.
Escalando en sofisticación, se puede llegar hasta la modalidad en la que se establece un pool de almacenamiento para “n” usuarios y un acuerdo de nivel de servicio para cada uno de ellos, en función de parámetros como tiempo de respuesta, volumen mínimo disponible, tiempo máximo de la información en caso de incidente... “El sistema se encarga del control de la calidad del servicio para cada usuario, según los niveles acordados; de la provisión automática, proporcionando o restando recursos asimismo en función de los niveles acordados; y, finalmente, de la eventual facturación o asignación de costes a cada usuario, según el nivel de uso de recursos y del nivel de calidad contratado”.
Para el director general de EMC, este modelo de pago por uso no es aplicable exclusivamente como outsourcing, bajo la forma de suministro por parte de un proveedor de servicios, sino también, “y cada vez más, para gestionar la relación del servicio de informática interna de una empresa con sus propios usuarios”. De hecho, la propuesta bajo demanda de la compañía se dirige tanto a usuarios finales, empresas medianas y grandes especialmente, como a prestadores de servicios. En este último caso, el candidato ideal es la pyme, segmento de la demanda para el que EMC está ampliando su oferta y el canal de comercialización, así como los negocios emergentes de grandes empresas “en los que no se quiere comprometer inversión en infraestructura propia, o departamentos centrados en actividades muy independientes del núcleo de negocio corporativo”.
Pieza clave de la estrategia de pago por uso de EMC es OpenScale, servicio lanzado en 1999 y revisado el año pasado para incorporarle funciones de facturación y registro automático de utilización. OpenScale está disponible en diversos productos de la compañía, desde Symmetrix a Clariion, Centera y los conmutadores Conectrix Fibre Channel, al igual que en los productos software de valor añadido, como Symmetrix Remote Data Facility y TimeFinder.

IBM: “On Demand” estratégico
Tampoco a IBM le es extraño el almacenamiento bajo demanda; de hecho, toda la estrategia de la compañía gira ahora bajo el concepto On Demand. “IBM ofrece servicios de almacenamiento bajo demanda con una oferta básica que incluye instalación, actualizaciones, análisis de la utilización y el rendimiento, monitorización y centro de llamadas; oferta que se puede completar con otros servicios adicionales de copia local, archivo de datos y backup, entre otros. Todos estos servicios se prestan sobre redes SAN (Storage Area Networks), NAS (Network Attached Storage) y librerías de cinta”, explica Juan Ignacio Amorrortu, responsable de producto de Servicios e-business hosting del fabricante.
En la estrategia de almacenamiento de la compañía, según Amorrortu, el modelo on demand y el de pago por uso convergen en el concepto único de prestación de servicios de almacenamiento bajo demanda. “Se trata de ofrecer a las empresas la capacidad de almacenamiento, así como los servicios necesarios para la gestión de estos recursos, de un modo flexible, adaptable en todo momento a las necesidades de las empresas. De esta forma, nuestros clientes pueden contratar los niveles de servicio que necesiten y pagar una cuota mensual por dichos servicios”.
La compañía dirige esta oferta a todo tipo de empresas, con independencia de tamaño y de actividad. “Son servicios modulares, abiertos y escalables que van de lo más simple a lo más complejo. Por tanto, las empresas pueden opt

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