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Soluciones ágiles, en continua evolución

¿En qué consiste realmente una solución ágil? Llamamos solución ágil al conjunto de software, hardware y servicios que permiten a un usuario utilizar una aplicación de la que sólo conoce la URL, en la que no tiene que preocuparse por la infraestructura técnica asociada: la aplicación que presta el servicio, el hardware, las redes, el mantenimiento y los backups; y que, sobre todo, le permite afrontar sin riesgos el difícil problema de la evolución de la solución, tanto funcionalmente como en tamaño, de modo que la escalabilidad de la solución esté asegurada.

¿En qué consiste realmente una solución ágil? Llamamos solución ágil al conjunto de software, hardware y servicios que permiten a un usuario utilizar una aplicación de la que sólo conoce la URL, en la que no tiene que preocuparse por la infraestructura técnica asociada: la aplicación que presta el servicio, el hardware, las redes, el mantenimiento y los backups; y que, sobre todo, le permite afrontar sin riesgos el difícil problema de la evolución de la solución, tanto funcionalmente como en tamaño, de modo que la escalabilidad de la solución esté asegurada.

En otras palabras, los proveedores de soluciones ágiles nos encargamos de proporcionar al usuario toda esta infraestructura básica en colaboración con el proveedor de hosting. Una solución ágil es, por tanto, una solución informática integral. Y en este sentido, se parece a las soluciones informáticas tradicionales que hicieron fortuna en los años 80 y 90 bajo el lema: “yo me encargo de todo”. Pero, si profundizamos un poco, encontramos diferencias sustanciales.



¿Qué diferencia a una solución ágil de una solución tradicional?

Las soluciones informáticas tradicionales son complejas y requieren procesos de planificación y diseño muy detallados. Por decirlo de alguna manera, son soluciones con metodologías y desarrollos complicados, basados en los principios tradicionales de la ingeniería y están fuertemente orientadas a procesos.

Agustín Cuenca, director general de ASPgems Las soluciones ágiles, en cambio, se basan en el desarrollo evolutivo mediante interacciones, y están orientadas al usuario final. Eso significa que:



• No es necesario hacer complejos estudios de diseño y planificación de la solución



• El desarrollo de la solución es ágil: es decir, utilizamos herramientas, lenguajes y tecnologías que nos permiten introducir cambios con rapidez



• El avance se produce mediante ciclos interactivos que nos permiten adaptarnos, paso a paso, a las exigencias reales de los mercados y de los usuarios



• Re-evaluamos las necesidades y exigencias de la solución conforme avanza el proyecto



• El principal valor de la solución se encuentra en la funcionalidad desarrollada y, por encima de todo, en el uso que los usuarios finales hacen de esa funcionalidad



Al final, podemos decir que una solución ágil es el conjunto de hardware, software y servicios que satisface las necesidades del usuario, que normalmente lo hace utilizando la infraestructura de la nube, y que incluye el soporte, la capacidad operativa y un elemento fundamental: el mantenimiento asociado.

El mantenimiento es clave, puesto que la solución está siempre en evolución, debido a nuevas funcionalidades no previstas al principio o modificaciones de las existentes, nuevas máquinas para atender a la demanda o picos de servicio y cambios en la tecnología de base (versiones, mejoras, etc.)

Porque una solución ágil no es una caja que se vende al cliente y ya está. Las soluciones ágiles están en continua evolución, están siempre en fase beta. En otras palabras, una solución ágil es capaz de evolucionar, de crecer y adaptarse a las demandas de los usuarios finales. Y esto exige un acompañamiento técnico y humano adecuado.



Agustín Cuenca, director general de ASPgems


 



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