"Si el monopolio de facto continúa, los precios podrían dejar de bajar"

Antonio Portela, consejero delegado de Comunitel

Tras su compra por Oni mediante una operación valorada en alrededor de 12.500 millones de pesetas, Comunitel se ha convertido en el agente español del “Proyecto Ibérico” del operador portugués. Con una red de fibra óptica de 135.000 kilómetros, y una inversión acumulada de 1.107 millones de euros hasta 2005, la compañía espera estar presente en esa fecha en 250 centrales locales de nuestro país para optimizar sus servicios, dirigidos exclusivamente al segmento empresarial. Además, pretende convertirse en operador móvil virtual, una vez se regule este mercado. “No puede haber una liberalización real y efectiva si los entrantes no podemos ofrecer este tipo de servicios”, afirma Antonio Portela, consejero delegado de Comunitel.

¿Por qué, desde su creación en diciembre de 1998, Comunitel se ha dirigido exclusivamente al segmento empresarial de la demanda, al que ahora están volviendo otros operadores más interesados inicialmente en el mercado residencial?
- Cuando hicimos el proyecto de diseño inicial pensamos sólo en las empresas, quizá porque fuimos conscientes de que resulta más fácil para un entrante rentabilizar un segmento de la demanda cuyos ingresos medios son mucho más altos y también quizá porque era el mercado que conocíamos mejor. Nos dirigimos a todo tipo de empresas; de hecho, nuestra cartera de clientes refleja la realidad del tejido empresarial del país en la misma proporción.

¿Cómo condiciona el modelo comercial de la compañía estar focalizada sólo en el segmento empresarial?
- Pretendemos ser el interlocutor o el partner de la empresa en todo lo relacionado con sus necesidades de telecomunicaciones, desde la voz a los datos, en todas sus variantes, con productos de valor añadido, aportando además asesoría, apoyo y formación. Incluso, a través de nuestras filiales, podemos ayudarles a integrar contenidos o desarrollar aplicaciones dirigidas a Internet.
Todo ello nos hace movernos con un enfoque que yo llamo “industrial”: conseguir una buena satisfacción del cliente, ofrecerle un buen producto con un nivel tecnológico elevado y hacerlo con los recursos justos y necesarios. Esta agilidad y dinamismo deben ser las que han de ofrecer los entrantes. Y no todos los operadores presentes en España son realmente entrantes, puesto que no pueden evitar su marca de dominantes en sus países de origen. Nosotros no lo somos, y es una ventaja competitiva que tratamos de explotar.

¿Cómo ha sido la integración con Oni? ¿Qué sinergias existen entre el grupo portugués y Comunitel?
- Oni es una compañía con una cultura corporativa muy parecida a la nuestra: sus cuatro socios, empresas muy cotizadas con intereses en España y Portugal, apuestan claramente por un proyecto industrial a plazo, no meramente especulativo. Por otra parte, Oni, que es el segundo operador de Portugal y que se movía en un mercado de nueve millones de habitantes, se ha podido abrir ahora a todo el mercado ibérico de un modo transparente y fácilmente permeable, extendido su base de clientes. Es decir, Comunitel opera como la rama española de su “proyecto ibérico”.
La sintonía entre las dos compañías es tal que hasta contamos con la misma estructura técnica. De hecho, los cuatro colaboradores tecnológicos fundamentales son los mismos: Cisco, Alcatel, Ericsson y, en el área de ingeniería, Satec. Por tanto, la estructura de nuestras redes es muy aproximada, lo que nos permite mantener sinergias significativas en desarrollo, gestión y mantenimiento.

¿Cómo han cerrado el año fiscal de 2001? ¿Qué previsiones de crecimiento manejan?
- Actualmente contamos con una cartera de 40.000 clientes y hemos cerrado el año pasado con unos ingresos de alrededor de 80 millones de euros. Nuestra intención es multiplicar por cinco esa cifra durante los próximos cuatro años, una previsión muy realista teniendo en cuenta que venimos duplicando ingresos desde nuestro primer ejercicio. Para ello tenemos un plan de inversiones financiadas tanto con recursos propios ya desembolsados como mediante la operación de crédito a largo plazo firmada con el Banco de Sabadell por un total de 50 millones de euros.

¿Ven potencial de crecimiento incluso teniendo en cuenta la actual ralentización económica?
- Sí, por dos motivos. Primero, porque las empresas necesitan cada vez más las telecomunicaciones como soporte de sus procesos de gestión, de sus canales de venta y de todas sus actividades en general. Segundo, porque, si realmente se quiere que tengamos un mercado liberalizado, tendremos que seguir ganando cuota a Telefónica para no volver en la práctica al monopolio. Será muy difícil mantener la actual situación, en la que entre todos los entrantes sólo hemos captado un 9% de cuota al dominante. Para ello, tendremos que ser muy agresivos en un mercado en el que Telefónica compite con todas sus armas; armas de las que muchos carecemos.
Estos dos factores nos permiten ser optimistas. Haber saltado ya muchas vallas, frente a los que hasta ahora han recorrido un camino llano, endurece y prepara mejor para afrontar el futuro.

Comunitel invertirá 1.107 millones de euros hasta 2005. ¿En qué áreas fundamentalmente?
- Una vez prácticamente completada nuestra red troncal, el área fundamental de desarrollo durante los dos próximos años será el bucle de abonado, donde tenemos una presencia muy activa. Nuestra intención es estar en 250 centrales aproximadamente en 2005, a partir de las 60 que teníamos planeadas para 2001, algo que no ha sido posible porque se están produciendo retrasos que espero sean naturales. Si son provocados artificialmente, deberían intervenir los organismos pertinentes.

Qué opinión le merece el modelo y el proceso seguido en la liberalización del bucle?
- Es un modelo muy realista e inteligente, pues aprovecha las redes ya construidas bajo el monopolio poniéndolas al servicio de un mercado liberalizado. Haber pretendido que todos los operadores construyesen sus propias infraestructuras de acceso, tan capilares, en todo el país hubiera supuesto serios riesgos económicos para los entrantes.
Pero el proceso seguido es muy lento. Es cierto que las cosas tienen su momento, y que nosotros ya empezamos a disponer de los primeros bucles abiertos a la competencia, pero yo me pregunto por qué ahora y no hace tres años, cuando se inició la liberalización. Todavía estamos afrontando ese obstáculo, cuando aún quedan otros por salvar totalmente, como la preselección, puesta en marcha año y medio después del comienzo del proceso de apertura. Además, la preselección se ha dejado totalmente en manos del dominante y pasan cosas muy “esotéricas”. Ahí está la demanda interpuesta por Astel ante el Tribunal de Defensa de la Competencia. ¿Por qué se ha tardado tanto en liberalizar las llamadas metropolitanas? No, precisamente, por condicionantes técnicos, similares a los de ahora. ¿Por qué la portabilidad avanza con esta “espesura” y ha tardado tanto tiempo en implementarse? Más vale tarde que nunca, pero si en cuestiones como la apertura del bucle se tarda tanto se pueden quedar muchos cadáveres en el camino, más de lo que sería deseable.

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