Se acerca el gran salto

Llega, ahora sí, la VoIP - Un cambio inevitable - Algunas precauciones

Un ciclo más acaba, un ciclo más empieza. Avaya ha anunciado que, en el futuro, sus sistemas telefónicos para empresas de gama alta sólo sabrán a VoIP. Y es de esperar que muy pronto tomen decisiones similares otros muchos fabricantes de este tipo de productos de voz corporativa. Adiós a los viejos –no tan viejos– sistemas PBX basados en TDM. La voz sobre IP, después de años de preparar el camino, empieza a convertir en ataque sus amenazas.
Durante los últimos 70 y los primeros 80, una ola de cambios atravesó la industria de sistemas telefónicos de empresa, bajo las siglas PBX (Private Branch eXchange) o, dicho más llanamente, centralitas digitales. Dichos cambios no eran más que la consecuencia directa del salto tecnológico de los sistemas analógicos, los más comunes en aquella época, a los digitales basados en TDM. Estos sistemas, mucho más pequeños, resultaban menos caros de fabricar y más sencillos de mantener, cambiando de arriba abajo el negocio y los intereses comerciales de los suministradores de sistemas telefónicos corporativos.
El reclamo para potenciar las ventas de los nuevos sistemas de los fabricantes se basaba en los innumerables beneficios y ventajas que aportarían las PBX digitales, en un tiempo en que las redes telefónicas públicas iban abandonando el mundo analógico para pasarse al digital. Suena bien, pero poco más. Ocurre, pero pocas veces las bondades de una nueva tecnología acaban imponiéndose en el mercado por sí mismas, o sólo por sí mismas. Como recuerdan los expertos, el motivo real de que se produjese el gran salto en la demanda es un poco más esclarecedoramente oscuro, pese a la paradoja, y un poco menos beatífico: los fabricantes simplemente pusieron toda la carne en el asador digital, dedicando a estos sistemas todas sus energías y activos de soporte, abandonando paulatinamente el desarrollo, la actualización y, al fin, el mantenimiento de los sistemas analógicos. Y cuando los usuarios fueron conscientes del gran cambio industrial que se estaba produciendo, comenzaron a pasarse en masa a las nuevas PBX digitales. Para los fabricantes de PBX, estos fueron los viejos días de gloria.
Pues bien, esos días de gloria están volviendo hoy gracias a VoIP, en un momento en que la industria necesita una bocanada de ingresos y beneficios nuevos recogiendo los frutos de una tierra a la que han dedicado años de riego. Y, quizá de nuevo, sin esperar a que los usuarios terminen de concienciarse de las bondades de los nuevos sistemas. Ya empieza a urgir el cambio. Es la hora de los resultados. Y no sólo para los fabricantes tradicionales de equipos de telefonía, sino también para las más nuevas firmas de networking que, como es evidente, vienen apostando con fuerza, y antes que nadie, por la VoIP.
Claro que, como sucede en ocasiones, esos días de gloria para fabricantes, distribuidores, integradores e incluso consultores especializados puede que no lo sean tanto para los usuarios finales, que, una vez más, se verán forzados a abrazar una nueva tecnología no siempre por sus bondades –que las tiene, y muchas–, sino, en un gran número de casos, por el deseo de los fabricantes. La industria ya ha comenzado a deshacer los compromisos con las PBX convencionales por la gama alta y seguirán haciéndolo hacia abajo poco a poco en el tiempo que queda para que, finalmente, esta tecnología acabe desapareciendo.
En estas circunstancias, parece que ha llegado el momento de que se inicie el inevitable salto, que quizá se acelere mucho más de lo que la evolución hasta hoy de las ventas de los nuevos sistemas podría hacer sospechar. El cambio empezará a verse reflejado (en realidad, ya lleva un tiempo reflejándose) en el marketing, la publicidad y los esfuerzos de ventas de los suministradores sobre las aplicaciones avanzadas y la reducción de costes, entre otras ventajas, que ofrece la telefonía IP. Y, a medida que las inversiones en investigación y desarrollo vayan centrándose exclusivamente en VoIP, los sistemas TDM irán pasando al limbo de los dinosaurios.
Es la lógica del mercado. Nada nuevo bajo el sol. Pero, cuidado. Advierten los expertos que el efecto del cambio sobre los usuarios será más traumático esta vez, debido a una diferencia fundamental: las cuestiones de diseño, calidad de servicio y seguridad serán ahora factores fundamentales para lograr una correcta y efectiva implementación de la tecnología. Por tanto, la primera recomendación parece obvia: hay que huir de cualquier proveedor de sistemas VoIP que, en medio de las alabanzas, oculte estos riesgos a sus potenciales clientes. El cambio vendrá si la industria se empeña, pero no será tan simple para el usuario como algunos publicitan.

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