Presente y futuro del Vídeo Bajo Demanda (1)

El progresivo desarrollo del Vídeo Bajo Demanda (VoD) está generando un nuevo modelo de negocio que puede beneficiar tanto a los distribuidores de contenidos como a operadores de telecomunicaciones tradicionales y consumidores. Sus posibilidades, que abarcan tanto el ocio como los desarrollos profesionales, se encuentran en estos momentos en un estado de desarrollo incipiente. Desde los primeros despliegues realizados en el año 2000, la facturación de la industria de VoD ha ido en aumento año tras año, y Strategy Analytics prevé que continúe esta tendencia, de forma que en el año 2005 se facture en torno a los 3.500 millones de dólares, y que en 2008 aumente hasta alcanzar los 8.200 millones.
El Vídeo Bajo Demanda, como su propio nombre indica, es un servicio de contenidos que permite que los clientes puedan acceder a voluntad a diferentes contenidos y actuar sobre ellos como si se tratara de un reproductor de vídeo doméstico. Es decir, pueden pausar la proyección, rebobinarla o avanzarla rápido. Esto permite que sea el propio usuario quién decida qué, cuándo y como; es decir, la principal ventaja de VOD consiste en la libertad del abonado final para decidir los contenidos que desea visualizar, al tiempo que los operadores de contenidos y servicios de banda ancha acceden a nuevas posibilidades de negocio hasta ahora no contempladas que permiten una mejor rentabilización de su negocio.
Los servicios de vídeo bajo demanda se prestan a través de diferentes tipos de operadores que utilizan tecnologías heredadas de los sistemas de tiempo real. Estas soluciones ofrecen una arquitectura fiable en cuanto al hardware, el sistema operativo y el tiempo de respuesta, características que permiten garantizar tanto a usuarios como a anunciantes una emisión estable y las ventajas de la imagen digital.

Posibilidades infinitas
VOD, en su vertiente de ocio, es un servicio del que ya disfrutan actualmente más de 7 millones de familias en todo el mundo, que pueden acceder a los nuevos servicios de “televisión personal a la carta” y elegir entre una amplia gama de películas, deportes, informativos, publicidad y programas basados en la suscripción (SVOD).
Por otro lado, tanto en Europa como en Estados Unidos, ya se han puesto en marcha iniciativas en cooperación con operadores de servicios en banda ancha, tanto alámbrico como inalámbrico, para ofrecer canales dedicados que incluyan servicios a medida para diferentes sectores. Algunas de las posibilidades que se están poniendo en marcha incluyen e-learning, compra electrónica, publicidad interactiva bajo demanda, telediagnóstico, archivos documentales compartidos, etc. Las posibilidades son infinitas, y de cara a los operadores de telecomunicaciones y los proveedores de contenidos, supone una inversión mucho más rentable que otros sistemas de acceso, como Internet o la telefonía tradicional, puesto que el retorno de la inversión total se realiza en menos de tres años.
La total implantación del Vídeo Bajo Demanda en los negocios y hogares españoles tardará todavía algún tiempo, y se llevará a cabo de forma gradual, según se vaya aceptando la cultura del vídeo a la carta. Hasta el momento, sólo algunos hoteles y compañías de enseñanza de idiomas cuentan con este servicio de manera comercial. Existen ya en España varias experiencias por las que los huéspedes de los hoteles disfrutan de servicios eTV como servicios de Internet de alta velocidad, email, servicio de oficina y DVD/CD a través de su televisión.
Y, aunque parece que la aproximación al usuario doméstico será más lenta, según un informe realizado por Strategy Analytics, a finales de 2003 habrá cerca de 50 millones de hogares con la posibilidad de acceder a Vídeo Bajo Demanda.


Alberto Villar, Director general de Concurrent España

Contenido Patrocinado

Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital