Nuevos horizontes
Movilidad e IP mueven el mundo - Cambio cultural
Los datos aportados por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones el pasado mes de julio correspondientes a 2003 dieron “oficialidad” a un fenómeno que ya había sido constatado con anterioridad por los agentes y analistas del sector: por primera vez en nuestro país, los ingresos generados durante el pasado año por la telefonía móvil superaban a los de la telefonía fija. Apenas un mes antes, el informe “Evolución del negocio de la voz”, realizado por el Grupo de Análisis y Prospectiva de las Telecomunicaciones (GAPTEL) de Red.es, recogía el liderazgo total de la telefonía móvil en todos los frentes (no sólo en ingresos sino también por minutos) para 2006, y el arrinconamiento progresivo de la telefonía fija convencional también por la voz sobre IP, abierta a una nueva generación de aplicaciones y servicios. Es decir, se confirman las bases de una nueva etapa tecnológica que supondrá –ya está suponiendo- un cambio cultural radical en la vida de las empresas.
A medida que, durante los últimos años, los ordenadores fueron introduciéndose entre los empleados, se fueron modificando de arriba abajo las culturas corporativas, elevando la productividad individual de las oficinas pero desconectando a cada trabajador del resto mediante la compartimentación de las tareas y el anonimato. Como antes las fábricas por la mecanización y automatización de la producción, las oficinas fueron perdiendo poco a poco su condición –tan injustamente denostada muchas veces- de espacio social. Sin embargo, incluso aquellos que no son propensos a crear lazos demasiado estrechos en el entorno de trabajo entienden que los empleados que no se comunican pueden ser productivos, pero sólo individualmente.
Por suerte, estamos recuperándonos del shock y dejando atrás la idea de que la comunicación humana es una distracción, un impedimento para la concentración y el aislamiento. Gracias a la movilidad y su convergencia con la telefonía fija, así como a las aplicaciones de colaboración potenciadas hoy por tecnologías como la voz y servicios IP, cobra fuerza el concepto de “oficina virtual”, en el que es posible construir un entorno de trabajo personal abierto además a comunidades interconectadas de empleados y colaboradores. Ahora que las TI hacen que la gente, además de producir más, trabaje bien junta, las empresas deberían empezar a crear flujos de trabajo que abran vías a la experimentación y la creatividad que, de manera natural, nacen de las conexiones personales entre los empleados.