Extendidos en tiempo real

No sólo e-business - Integración: la clave - Commodity utility

Hoy sigue importando el e-business, el e-commerce, pero bien. Y más que nunca. No es una nueva versión del reclamo “e” de una industria que no acaba de arrancar, aunque empiece a levantar cabeza. No tendría sentido teniendo en cuenta los recelos que despierta hoy en tantas empresas cualquier cosa que se presente precedida de esa letra –un día divina, hoy casi maldita–, defraudadas tantas expectativas y descubiertas tantas verdades a medias, tantas mentiras. Se trata de una evidencia que la crisis dejó en suspenso, a la espera de una nueva oportunidad. Pero las empresas no pueden seguir por más tiempo sustrayéndose al nuevo orden de cosas que se impusieron como el modelo futuro de hacer negocios en medio de aquel estrépito. Las aguas se han remansado y al final flota lo que tiene que flotar.
Desde luego no al ritmo que un día se previó pero el modelo empresarial del e-business y sus tecnologías asociadas siguen evolucionando, abriendo nuevas formas de integrar los procesos de negocio. La “empresa extendida” es –está siendo ya– su próxima fase. Como algunos ya vaticinaron en su día, se trata de un entorno corporativo en el que la infraestructura se integra con los sistemas de los suministradores y de los clientes, convergen las cadenas de negocio digitales y la red soporta a los usuarios en función de reglas en vez de su localización. Y es en este nuevo modelo de empresa que, sin estar ya culminado (más bien todo lo contrario), donde empieza a germinar, por necesaria ampliación de objetivos, lo que será, algunos años por delante, la “empresa en tiempo real”.
Ahora que buena parte de las empresas ya se han introducido en algunos o en todos los aspectos del e-business, los responsables de TIC más visionarios están empezando a dirigir sus organizaciones hacia la próxima fase. ¿Cómo? Convirtiendo en realidad lo que hace unos pocos años, pese a toda la literatura sobre la materia y el marketing agresivo de una industria entonces inflada de promesas, no pasaba de buenas intenciones: construyendo infraestructuras realmente integradas con los sistemas de aquellos que en un tiempo fueron considerados como “extraños” a la organización.
Estos pioneros han dejado de hablar –y sólo hablar– sobre las ventajas que supone crear una estructura unificada del negocio para pasar a la acción. Las islas de tecnologías “webificadas” están dejando de tener sentido. Disponer por separado de sitios Web, procesos de e-commerce, intranets y extranets no es práctico. ¿Qué lo es? Construir un entorno donde converjan todas las corrientes digitales que dan vida al negocio, desde los empleados fijos y los empleados móviles y remotos a los clientes, los canales de venta y los suministradores. El interés se centra hoy en los servicios de negocio basados en el rol personal que juega cada agente del negocio –cliente, empleado y suministrador–, con independencia de su localización física.
La empresa extendida, como se suele conocer a esta clase de organización, permite a todos los agentes del negocio trabajar en tiempo real –o casi real– a través de entornos heterogéneos, y a través de redes públicas y privadas para conseguir la información que cualquier persona o aplicación necesita en cada momento. Para ello, la estructura de negocios ha de permitir el encaminamiento automático de la información a la persona adecuada en el momento oportuno, e instantáneamente si es preciso. A partir de esta idea, hay quien pronostica que la red podría convertirse en una commodity utility. De nuevo el concepto de utility cerrando el círculo: son los tiempos que llegan, o que, al menos, deberían llegar.

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