El sector eliminó más de 425.000 empleos en 2001

Se impone la externalización de la fabricación

Aproximadamente un 82% de los fabricantes de equipos de telecomunicaciones han puesto en marcha programas de reducción de costes como medio de afrontar el debilitamiento del mercado, según concluye un estudio realizado por Cap Gemini Ernst & Young. Estas estrategias de ahorro han llevado a la eliminación de 425.000 puestos de trabajo a nivel mundial en un año.
Los datos de este estudio están basados en entrevistas realizadas a ejecutivos de las principales compañías del sector en Europa, América del Norte y Extremo Oriente, y sus conclusiones auguran que la eliminación de empleo se prolongará a lo largo del año que acabamos de comenzar. Y es que la crisis económica global parece haberse ensañado especialmente con el sector de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC); y continúa, pese a los buenos indicios que ya llegan de Estados Unidos. Resulta evidente echando un vistazo a los resultados hechos públicos por las empresas más representativas del sector durante el último mes.
Ericsson registró pérdidas anuales en 2001 por primera vez en su historia. Los números rojos ascendieron a 2.308 millones de euros, frente a los 2.278 millones de euros de beneficios que la sueca consiguió en el año anterior. La facturación del fabricante se vio disminuida en un 15%, situándose en 25.126 millones de euros.
Microsoft, por su parte, ha reducido sus objetivos de ingresos para el próximo semestre, mientras que IBM presentó unos beneficios por debajo de las expectativas; ambas reconocieron la debilidad del mercado de ordenadores.
Sun Microsystems cerró el cuarto trimestre de su recién concluido año fiscal con números rojos, como también le ocurrió al fabricante de routers Juniper Networks, cuyos ingresos disminuyeron en un 49% respecto al mismo período del ejercicio anterior. Motorola registró una pérdida neta de 697 millones de dólares (3.579 millones de euros) en el total del ejercicio 2001. Y con el nuevo año cayó una de las operadoras más importantes de fibra óptica, Global Crossing, que a finales de enero anunció suspensión de pagos acogiéndose a la ley de bancarrota de Estados Unidos.
En España, también Alúa, un innovador operador de operadores español especializado en comunicaciones ópticas inalámbricas, ha tenido finalmente que suspender pagos en diciembre, tras más de un año de actividad, por no haber logrado encontrar capital en su segunda ronda de financiación en un momento en que todo lo que huele a nuevas tecnologías es visto con desconfianza por el inversor. Por su parte, Amper despedirá al 10% de su plantilla, compuesta por 1.537 trabajadores, por falta de pedidos.

Externalización, otra medida común de ahorro. Aparte de la reducción de plantilla, –que según la consultora despierta la preocupación entre muchos responsables empresariales ante la posibilidad de no disponer de los recursos adecuados ante la recuperación que habrá de venir–, otra medida de ahorro emprendida por empresas es la externalización de tareas; en el caso de los suministradores de tecnología de telecomunicaciones, principalmente la fabricación.
Enero también ha traído algunas nuevas iniciativas en este sentido. La que más de cerca nos toca es el acuerdo de la francesa Alcatel con la compañía especializada en fabricación electrónica por contrato Sanmina-SCI. El acuerdo incluye la compra de la fábrica de Alcatel en Toledo, donde se produce una gama completa de productos de acceso físico por cobre o fibra, diseñados par proporcionar servicios de banda estrecha, banda ancha y nueva generación, así como un contrato de suministro por varios años. Además, Sanmina-SCI se ha hecho con las fábricas de Alcatel en Cherburgo (Francia) y Gunzenhausen (Alemania).

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