Aplicaciones sobre redes WAN: una vía para su optimización

Cada vez son más las organizaciones que utilizan redes WAN para dar conectividad a diferentes instalaciones y soporte a numerosos servicios, lo que las equipara en cuanto a funcionalidades y requerimientos a las redes LAN internas. Uno de estos servicios es el acceso a aplicaciones y bases de datos. En muchas organizaciones, los servidores están consolidados y localizados en instalaciones remotas y no son accesibles a través de la LAN. Esta consolidación de servidores aporta indudables ventajas a las organizaciones, pero también acarrea problemas, como una menor velocidad de acceso a los datos y de ejecución de las aplicaciones.
Muchos directores de sistemas se preguntan si hay algún modo de que la velocidad de acceso por WAN no difiera sustancialmente de la de la red LAN, sin que ello suponga incrementar los costes del departamento. La solución más inmediata que se ha planteado hasta ahora ha sido incrementar el ancho de banda, aunque resulta demasiado costosa y a veces económicamente inviable. Sin embargo, este problema puede resolverse gracias a una innovadora tecnología conocida como aceleración de aplicaciones sobre WAN, que permite optimizar el uso que las aplicaciones hacen de estas redes. Gracias a ella es posible asegurar el rendimiento y el nivel de servicio de una aplicación extremo a extremo, disponer de una total visibilidad del tráfico WAN y gestionarlo de forma simple y eficiente, a la vez que se consigue una importante reducción de los costes.
Para conseguir la optimización del ancho de banda se utilizan unos equipos optimizadores que analizan el tráfico en pequeños bloques y generan unos patrones que se almacenan. Si en algún momento la misma información vuelve a atravesar el equipo, en lugar de volver a transmitir la totalidad de los bits, se envía una referencia de los patrones. El equipo optimizador del otro extremo recibe la referencia y la sustituye por todo el tráfico al que ésta representa.
Estos equipos optimizadores no deben confundirse con equipos de funcionalidades similares, pero muy diferentes en su funcionamiento, como las cachés, los compresores de tráfico y los traffic shapers. A diferencia de las cachés y los compresores, si un texto ha sufrido una pequeña modificación, los optimizadores enviarán sólo la modificación y las referencias a los bloques ya enviados, mientras que las cachés y los compresores vuelven a transmitir toda la información. Los traffic-shapers, por su parte, no reducen la cantidad de información transmitida, sino que aprovechan momentos de exceso de ancho de banda para enviar la información.
Los beneficios en cuanto a optimización no se limitan a reducir el ancho de banda necesario para un determinado nivel de servicio, sino que incluyen también elementos de valor añadido como aceleración de determinadas aplicaciones, capacidad de unificar y securizar servicios, Calidad de Servicio, obtención de informes y estadísticas sobre tráfico de red y gestión centralizada de la infraestructura. Esto es especialmente interesante hoy día, cuando muchas organizaciones están desplegando aplicaciones de convergencia como Voz sobre IP.


Jose María Raga Vilar-Sancho, Consultor Preventa de Telindus

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