Amena y Xfera reducirán sus inversiones en UMTS
Tanto Amena como Xfera ultiman pactos con las autoridades para compartir redes y, fundamentalmente, suavizar los compromisos de inversión asumidos en marzo de 2000, momento en que adquirieron sus respectivas licencias para operar servicios telecomunicaciones móviles 3G.
En las últimas semanas de enero Amena consiguió un principio de acuerdo con Ciencia y Tecnología que supondría el visto bueno de la Administración a la modificación de sus responsabilidades de inversión. Los cambios que solicitó esta operadora al Gobierno consistían básicamente en la reducción de las inversiones materiales comprometidas, apoyándose en la posibilidad de compartir redes con el resto de los operadores para satisfacer las necesidades de cobertura establecidas en el concurso. También pedía al Ministerio autorización para reducir el número de emplazamientos que, según las obligaciones asumidas exigían haber puesto en funcionamiento más de 9.600 instalaciones al décimo año. Amena quiere contar con más tiempo para el despliegue de su red y conseguir prácticamente la eliminación de todos los compromisos colaterales, que según la compañía son un impedimento más al despegue de los servicios 3G.
Más margen de maniobra
Las negociaciones de la cuarta licenciataria, Xfera, apuntan en la misma dirección que las de Amena: reducir la pesada carga de compromisos de inversión indirectos asumidos hace casi cuatro años, en un “momento de optimismo exacerbado” acerca de las posibilidades de negocio de estos servicios, y en plena fiebre por la 3G, que hicieron que los operadores prometieran desembolsos millonarios en materia de despliegue y plantilla.
Según ha trascendido, entre los compromisos asumidos en su momento por esta operadora, y ya prácticamente anulados, están la creación de un número fijo de empleados, la puesta en funcionamiento de un centro de excelencia I+D dedicado a UMTS, la Factoría de Software, y el Instituto Xfera para la Formación.
En las últimas semanas de enero Amena consiguió un principio de acuerdo con Ciencia y Tecnología que supondría el visto bueno de la Administración a la modificación de sus responsabilidades de inversión. Los cambios que solicitó esta operadora al Gobierno consistían básicamente en la reducción de las inversiones materiales comprometidas, apoyándose en la posibilidad de compartir redes con el resto de los operadores para satisfacer las necesidades de cobertura establecidas en el concurso. También pedía al Ministerio autorización para reducir el número de emplazamientos que, según las obligaciones asumidas exigían haber puesto en funcionamiento más de 9.600 instalaciones al décimo año. Amena quiere contar con más tiempo para el despliegue de su red y conseguir prácticamente la eliminación de todos los compromisos colaterales, que según la compañía son un impedimento más al despegue de los servicios 3G.
Más margen de maniobra
Las negociaciones de la cuarta licenciataria, Xfera, apuntan en la misma dirección que las de Amena: reducir la pesada carga de compromisos de inversión indirectos asumidos hace casi cuatro años, en un “momento de optimismo exacerbado” acerca de las posibilidades de negocio de estos servicios, y en plena fiebre por la 3G, que hicieron que los operadores prometieran desembolsos millonarios en materia de despliegue y plantilla.
Según ha trascendido, entre los compromisos asumidos en su momento por esta operadora, y ya prácticamente anulados, están la creación de un número fijo de empleados, la puesta en funcionamiento de un centro de excelencia I+D dedicado a UMTS, la Factoría de Software, y el Instituto Xfera para la Formación.
