Al menos, de momento
Otro signo positivo de que esta vez la situación adversa de la economía general no está teniendo hasta ahora efectos devastadores en el sector es el auge que está cobrando la videoconferencia y otros servicios de telecomunicación que permiten celebrar reuniones virtuales para –haciendo de la necesidad virtud– contrarrestar el coste creciente del petróleo y sus derivados. Una tendencia que se une al interés cada vez mayor manifestado por el teletrabajo como modelo organizativo y como medio para conciliar la vida familiar y laboral. Y no hay teletrabajo sin tecnología en alguna de sus formas.
Donde muy posiblemente sí se deje sentir esta crisis, desaceleración, ralentización o como lo quiera llamar el ministro Solbes será en el mercado de consumo, tanto en lo que respecta a los dispositivos como a los servicios de telecomunicación. El bolsillo del ciudadano es está mostrando hipersensible a la actual conjura económica tramada por la constante subida de precios y del euribor. Gartner daba la señal de alarma hace unas semanas al anunciar la caída de las ventas de teléfonos móviles en Europa Occidental durante el primer trimestre de 2008, la primera que se produce en los siete años que la consultora viene estudiando este negocio. Mientras que –gracias a los mercados emergentes– a nivel mundial las ventas de móviles experimentaban un incremento del 13,6% respecto del mismo periodo del año anterior, alcanzando una cifra de 294,3 millones de unidades, los países de nuestro entorno sufrían un crecimiento negativo del 16,4%. Una caída que se está dejando sentir sobre todo en los móviles de gama alta y que abre un periodo de incertidumbre en el sector respecto del negocio de consumo de todo tipo de equipos y servicios, incluidos los de banda ancha.