A toda velocidad
Como quedó claro en Barcelona, fabricantes y operadores preparan una nueva generación de usos y aplicaciones multimedia e interactivos capaces de sacar el jugo a la 3G y a las velocidades de 1 a 3 Mbps que muy pronto ofrecerá HSDPA. TV móvil, portales y buzones de vídeo y mensajería instantánea con nuevas herramientas de productividad y colaboración alimentan hoy el grueso de las expectativas del negocio de la industria del móvil fundamentalmente en los mercados desarrollados. En este sentido, las conclusiones de la experiencia de TV móvil realizada por Abertis, Telefónica Móviles y Nokia en Madrid y Barcelona alumbran la posibilidad de negocio en determinadas condiciones, como precios bajos y adaptación del servicio a las necesidades reales de la gente. Sin embargo, la frialdad con que los usuarios están recibiendo la videollamada y el escepticismo que destilan algunos estudios de mercado sobre la demanda potencial de esta nueva generación de servicios de vídeo y datos recomiendan ser prudentes y no disparar las expectativas.
Incluso la empresa se está mostrando reacia a las nuevas posibilidades que brinda la movilidad, más allá de la simple voz. Como concluía un estudio de IDC de finales de 2005, sorprendentemente, a las empresas de Europa occidental aún les cuesta adoptar soluciones móviles. Aunque se muestran atraídas por estas tecnologías y aplicaciones, su despliegue se está llevando sobre todo a nivel departamental más que corporativo, y sólo un 6% se muestran favorables a adoptar aplicaciones de datos móviles como push-to-talk o comercio móvil. Otras herramientas más específicas para el negocio, como la automatización de la fuerza de ventas móvil o el CRM móvil, también generan poco interés, por debajo del 10%.
Estos no son los únicos retos a los que habrán de enfrentarse fabricantes y operadores de móviles en los próximos años. El sector se mueve todavía entre muchas incertidumbres de raíz tecnológica pero que, a la larga, podrían acabar impactando directamente en los modelos de negocio y la rentabilidad. Por ejemplo, la falta de consenso alrededor de un único estándar de TV móvil podría poner en peligro los proyectos ya en marcha si finalmente se impone una norma distinta a la adoptada en un principio. Y en el caso de WiMAX, la ambigüedad y falta de concreción con que hoy se contemplan los escenarios de aplicación y de generación de ingresos de este tipo de soluciones inalámbricas, ante el avance de nuevas propuestas con mayores velocidades y de la propia evolución de la 3G, podrían echar por tierra las expectativas creadas. Igualmente, hay expertos que siembran dudas sobre el futuro de los nuevos sistemas multimedia IP (IMS), que, sin embargo, han sabido conseguir un amplio compromiso por parte de la industria. El enorme dinamismo de las tecnologías de movilidad podría acabar siendo su principal enemigo. Todos los agentes de este mercado lo saben y deben poner orden en su evolución para asegurar el éxito.