La desaparición de KPNQwest no acabará con la competencia en telecomunicaciones.

Lars Godell, analista de Forrester Research, estima que la quiebra de KPNQwest no perjudicará a largo plazo al mercado europeo de telecomunicaciones; al contrario, según Godell el mercado resurgirá durante los próximos años.


3/6/02. De improviso, los bancos cortaron el grifo financiero a KPNQwest el pasado viernes 30 de mayo a pesar de sus 100.000 clientes corporativos, sus 25.000 kilómetros de fibra óptica en 18 países (que transportan el 30% del tráfico Internet de Europa), sus 14 redes metropolitanas y sus 28 centros de hosting. Esto, unido a la desaparición de Global Crossing y Viatel, entre otros, ¿significa que se ha acabado la etapa de competencia en las telecomunicaciones europeas a sólo cuatro años de su puesta en marcha? Forrester cree que no.

Existe suficiente capacidad de troncal para mantener los mercados en competencia. Sólo el 4% de la fibra instalada en Europa está “iluminada”, e incluso ese volumen está infrautilizado. Esto significa que no existe ningún motivo que justifique una subida de precios. Con telcos globales como Cable and Wireless, Equant y WorldCom; telcos paneuropeos como Colt Telecom. y Level 3 Communications; y operadores regionales como Utfors todavía en activo, los dominantes como Telia y Deutsche Telekom no serán capaces de explotar la quiebra de KPNQwest para incrementar los precios.

El capital retornará a la industria de telecomunicaciones. Terceras partes aprovecharán los activos de red de KPNQwest comprados a precio de saldo para redesplegar el modelo de negocios sin los costes masivos que supone en marcha una start-up. Y hacia 2004, la demanda corporativa de bucles de fibra metropolitanos y de nuevos servicios IP convencerá al capital de que merece la pena financiar a la industria de telecomunicaciones. Al final, aparecerán aún más competidores a media que las firmas de inversiones, como Accel-KKR, reúna los activos de telcos integrados verticalmente que se dividirán horizontalmente durante los próximos diez años.

Los usuarios europeos optimizarán sus demandas. Los usuarios residenciales quieren precios de banda ancha más bajos, y los usuarios corporativos desean más ancho de banda por menos dinero: se prevé que, dentro de dos años, se precise un 73% más de ancho de banda pero sólo se pagará por él un 26% más que ahora. Y las empresas quieren accesos a los anillos de fibra metropolitanos y bucles de cobre que a los dominantes, como BT y Deutsche Telekom, les llevará meses proveer. Esto moverá a los clientes a contratar los servicios de la próxima generación de telcos alternativos.




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