Un lugar bajo el sol

Servicios basados en localización geográfica

Para las empresas hoy es de la máxima importancia tener localizados a sus vehículos o sus empleados. Nada tiene esto que ver con la paranoia de tenerlos vigilados y saber lo que están haciendo en cada momento. Se trata de que si se puede referenciar sobre un mapa la posición de empleados y vehículos, es mucho más sencillo trazar rutas alternativas y atender a todo tipo de imprevistos.

Los servicios basados en localización geográfica representan un mercado en continua expansión. No sólo cada día surgen nuevos usos, sino que además se refuerzan los tradicionales; entre ellos, por ejemplo, el control de flotas. En un principio surgió como un método que ayudaba a las aseguradoras a rastrear los vehículos robados, pero muy pronto se comprendió la utilidad que la localización de flotas tendría para las empresas con grandes parques móviles: en cualquier momento se puede variar la ruta de un vehículo y dirigirle a un nuevo punto de destino por el camino más corto.
En estos momentos hay dos tecnologías de localización. La primera de ellas se basa en el uso de sistemas GPS (Global Positioning System), cuya idea general consiste en utilizar satélites geoestacionarios como puntos fijos de referencia para calcular posiciones exactas en la superficie terrestre. Para ello es preciso realizar una medición muy exacta de la distancia entre el receptor GPS y al menos tres satélites. Es lo que se conoce como triangulación. Como curiosidad, baste decir que la triangulación sobre tres satélites da dos posibles puntos teóricos. Para averiguar la posición real sería preciso hacer una medición sobre un cuarto satélite, pero esto no suele ser necesario; de los dos puntos teóricos que marca la triangulación sobre tres satélites, uno de ellos será improbable y estará bastante alejado de la superficie terrestre.

Medición con GPS
El problema de GPS es cómo medir la distancia entre un receptor y el satélite. Esto se lleva a cabo midiendo el tiempo que tarda una señal de radio emitida por el satélite en llegar al receptor GPS; al fin y al cabo, se sabe que la señal de radio viaja a la velocidad de la luz. Por ello, habría que disponer de relojes muy precisos: si el satélite estuviera sobre nuestras cabezas, a unos 20.000 kilómetros de altura, el viaje de la señal duraría apenas 0,06 segundos. Sin embargo, pronto se vio que se puede obtener el mismo resultado con tres mediciones perfectas o con cuatro mediciones imperfectas. Esta cuarta medición es la que remedia ese ligero desfase en la medida del tiempo por el uso de relojes que no son lo suficientemente exactos. La mayoría de los aparatos actuales pueden medir sobre seis y hasta doce satélites a la vez. Claro que para averiguar las distancias, hay que trabajar sobre satélites geoestacionarios. Todos los satélites de medición GPS están situados a 20.000 kilómetros de altura en una órbita muy precisa, y los receptores disponen de una especie de almanaque programado en sus ordenadores que les informa de las mínimas variaciones al instante.
En realidad, la cuestión es mucho más complicada, ya que los satélites sufren pequeñas correcciones de posición, tomadas mediante radares muy potentes, y esto exige una constante actualización de datos. También es verdad que se asume que la velocidad de la luz es constante, pero eso sólo es posible en el vacío. Todos estos ajustes de cálculo los llevan a cabo los receptores GPS. Además, en los últimos meses han surgido diversos sistemas que de forma automática actualizan sus coordenadas y las envían mediante un mensaje corto a una base central, donde se van representando las posiciones sobre un mapa. El conductor del vehículo no tiene que preocuparse de nada. El trabajo lo hace un teléfono de última generación con tarjeta GPS y capacidades de comunicación M2M (Machine to Machine).
La exactitud que se alcanza con la localización geográfica mediante GPS es asombrosa. Durante muchos años, por razones militares el sistema estaba programado para introducir un pequeño error, pero en 2000 se eliminó esta distorsión coincidiendo con el anuncio del inicio del proyecto Galileo, que será la respuesta europea al GPS norteamericano. Antes, un usuario de GPS podía indicar su posición en un área similar a la de un estadio; ahora, una vez eliminado el error, la precisión aumenta, y el usuario puede dar su posición en un área similar a la del círculo central de dicho campo. Esto da una precisión con un radio de unos tres o cuatro metros.

Con móviles
GPS no es el único sistema que permite la localización sobre un mapa; la telefonía móvil GSM también puede desarrollar esa tarea. No obstante, tiene algunas desventajas con respecto al GPS, como es la falta de precisión. La tecnología de celdas simplemente calcula de forma aproximada la distancia entre el terminal telefónico y la antena de la estación base. “La precisión es de celda, y varía en función del entorno. Si hablamos de un entorno urbano, las células están más concentradas y podemos hacer localizaciones en un radio de acción de 200 metros. Si hablamos de entornos interurbanos, las células son más grandes y el radio de acción asciende a unos pocos kilómetros”, explica Carlos Carazo, gerente de Desarrollo de Interfaces para Agentes Externos de Telefónica Móviles España. Por el contrario, GPS precisa de terminales especiales, que por regla general alcanzan precios elevados y que requieren de proyectos llave en mano; un desembolso que no todas las empresas se pueden permitir.
Con todo, para muchos servicios basta con la precisión que proporciona el sistema GSM. El precio del servicio también es más barato. Además, la activación del servicio será automática; es tan sencillo como disponer de un terminal GSM y dar el consentimiento explícito para comenzar a ser localizado.
Telefónica Móviles España tiene abiertas varias líneas de trabajo en esta materia, llevando a cabo un considerable esfuerzo a nivel de infraestructura a fin de proporcionar la mejor localización desde el punto de vista de la precisión y de las posibilidades para ofrecer servicios. Por un lado, hay una serie de proyectos para suministrar servicios internos con la marca Movistar y dirigidos a sus clientes de telefonía móvil; por otro, también desarrolla interfaces, vendidas en modo ASP (Application Services Provider), para que otras compañías puedan ofrecer servicios basados en la localización de clientes.
El operador ha puesto en marcha, además, la iniciativa Movilfórum, por la que ofrece tecnología y apoyo para que otras empresas desarrollen, y comercialicen por sí mismas posteriormente, aplicaciones novedosas de telefonía móvil en áreas como telemedicina, asistencia remota o localización. En esta última destacan proyectos como AZ-Flotas, de Azertia. Se trata de un servicio de localización de vehículos y gestión de flotas a través de Internet. La localización se lleva a cabo mediante un equipo embarcado y permite la gestión de recorridos.
Otro proyecto de interés es Intellimap Wireless, desarrollado por Avanzit Tecnología. Se trata de un producto cartográfico que permite desarrollar aplicaciones a medida capaces de ser ejecutadas en dispositivos móviles o ina

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