¿Hasta dónde llegará Cisco en su caída? (Opinión)

Por primera vez en casi una década, la superestrella de la red, Cisco, ha defraudado las expectativas de Wall Street. La posibilidad de que el valor de las acciones de Cisco se situara en la treintena de dólares era algo inconcebible hace tan sólo tres meses. Ahora, el que bajase aún más, ya no sólo no sorprendería a nadie, sino que se ha convertido, incluso, en algo probable.

¿Qué ha ido mal?, ¿hasta dónde puede llegar Cisco en su caída?, y, lo que es aún más importante, ¿qué puede estar indicando esta caída sobre el futuro de nuestra industria?

¿Por qué Cisco no ha logrado cumplir las expectativas? La razón no es otra que la disminución en el ritmo de crecimiento del routing no roeintado a la conexión, un mercado que ya no aumenta tan rápidamente como lo hizo en el pasado. El nuevo ritmo es incapaz de continuar generando el negocio suficiente para satisfacer las expectativas generadas en torno al fabricante.

¿Cuál es la razón por la que el mercado de routers no rientados a conexiones haya disminuido su ritmo de crecimiento? Porque Internet no es un negocio muy rentable para los operadores y los ISP, quienes no pueden seguir expandiendo sus redes sin contar con claros indicios de que tendrán éxito después vendiendo sus servicios Internet.

Una cuestión más difícil de responder es hasta dónde llegará Cisco en su caída. Atendiendo al potencial de la compañía en los próximos tres años, creo que su valor puede situarse en 28 dólares por acción. Sin embargo, Wall Street tiende a castigar a las firmas que la defraudan y esto podría hacer bajar el precio de sus acciones hasta 25 dólares. Los problemas de Cisco con las ventas y los ingresos no se resolverán en el próximo trimestre ni probablemente en este año, dado que la inversión de usuarios empresariales y operadores en Internet e IP no crecerá demasiado a lo largo de 2001. La empresa tiene en su poder la mayor parte del mercado de routers, por lo que crecer a costa de tomar cuota a sus competidores no constituye una solución. Así, sólo el crecimiento del mercado puede hacer mejorar significativamente los números de Cisco.

Esto trae a colación la tercera de las cuestiones apuntadas al principio. En primer lugar, ¿puede el mercado de redes en su conjunto ir bien si su principal actor no lo hace? Y, además, ¿quizá nuestras expectativas en torno a IP y la convergencia han sido excesivas? Las respuestas a estas dos preguntas son, respectivamente, “no” y “sí”.

Los problemas de Cisco son los problemas de IP e Internet. No tiene sentido buscar buenas noticias en cualquier otro lugar de este mercado si no es posible encontrarlas en Cisco. Y según vaya IP, así irá el mercado óptico. La creencia infundada e ingenua -compartida de forma generalizada por casi todo el segmento del networking- que pretende ver como posible el despegue del networking óptico mientras Cisco cae, debe ser abandonada. Es imprescindible asumir que las deficiencias de Cisco son indicio de un debilitamiento del mercado en su conjunto. Más adelante, esta primavera o quizá a principios de verano, la sacudida se dejará sentir en el ámbito del networking óptico, y, algo más débil, en el networking en general.

Durante los próximos tres años, el gasto de los operadores en equipamiento estará enfocado en dos áreas: la creación de localizaciones de acceso de banda ancha (principalmente orientadas al mercado residencial) y la ampliación de sus servicios de datos ya existentes con servicios de datos rentables. En el primer terreno, los productos clave son los de acceso remoto basados en fibra de próxima generación, capaces de soportar servicios de voz y DSL. Ahí Cisco no tiene fuerza por el momento. En el segundo, la clave será los denominados conmutadores de servicio, un mercado donde Cisco tampoco cuenta con los suficientes recursos. Dado que los conmutadores de servicio pueden ser interpretados como un tipo de sucesores de los routers, el fabricante podría resistirse, incluso, a reconocer su valor.

Internet de banda ancha no permitirá hacer dinero. Tampoco Internet móvil. Ni siquiera los servicios IP no Internet generan todavía un negocio comparable al de Frame Relay, LAN transparentes u otros servicios de datos corporativos. Es necesario ampliar la gama de servicios de datos probados, dejar de hablar del “negocio Internet” para empezar a hacerlo sobre el “negocio IP” e idear la forma de crear un servicio de datos rentable para los usuarios residenciales. La consecución de estos objetivos pasa por admitir que Internet y el routing sin conexión no son por sí mismos capaces de satisfacer las demandas del mercado. Esto será un difícil trago para Cisco, pero tendrá que asumir la situación si quiere recuperar la gloria de tiempos pasados.

Todo el mercado tendrá que reconocer esta situación para evitar que los contratiempos que han afectado a Cisco acaben produciendo un colapso general. De alguna manera hemos convertido a Internet en algo más cercano a un derecho constitucional que a un negocio. Como consecuencia, hemos olvidado los problemas relacionados con la rentabilidad de Internet ignorando la imposibilidad de que un segmento de mercado que no obtiene dinero pueda continuar gastándolo en nuevo equipamiento. Cisco, y toda la industria, necesita mirar atrás volviendo a un paradigma de negocio basado en la generación de ingresos con el que sustituir al paradigma puramente tecnológico vigente en los últimos tiempos; un paradigma real y actual, no simplemente previsto y ahelado. Internet no cumple los requisitos.

Uno de los comerciales de Cisco asegura que la voz –generadora de más del 80% de los ingresos de un proveedor de servicios hoy en día- será gratuita en el futuro. Bien, pero que indique al proveedor de servicios cuál será la fuente de beneficios en el futuro, qué sustituirá a la voz. Cuando sea capaz de hacerlo, Cisco, y el resto de nuestra industria, podrá parar la bajada del mercado y seguir avanzando por el camino correcto.

Thomas Nolle (Network World)


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