Operadoras

Se impone la consolidación en el mercado europeo de telecomunicaciones (2)

El análisis de GSMA Intelligence muestra que el capex por suscriptor móvil único osciló en Europa de 2009 a 2011 entre 37 y 51 euros anuales, valor pico en el que permaneció durante 2012 y 2013. Esta carga se debe fundamentalmente a la necesidad de dar soporte al crecimiento constante del tráfico de datos y al lanzamiento de las redes 4G.

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Por otra parte, la participación del ARPU por suscriptor móvil único en el capex registró un crecimiento constante durante 2012 y 2013. A fin de mantener el gasto de capital en niveles de 2011, los operadores europeos han tenido que asignar al capex una tasa creciente de los ingresos que reciben de cada suscriptor, pasando en concreto del 16,1% en 2011 al 18,8% en 2013.

 

Si el ARPU en la región continúa su caída implacable, el capex al que han de hacer frente los operadores para seguir expandiendo la cobertura y la capacidad de las redes 4G/LTE alcanzará un volumen insostenible, asegura GSMA Intelligence. Y como los grandes operadores del continente suelen estar mejor situados para absorber  los costes que sus competidores más pequeños, es muy probable que comencemos a ver una marcada divergencia en las estrategias de inversión de los distintos jugadores del mercado.

 

Más capex, menos ingresos

Algunos operadores, como Orange, siguen aumentando sus inversiones pese a la reducción de márgenes. Durante los nueve meses finalizados en septiembre de 2013, el grupo experimentó una caída interanual de sus ingresos del 4,3%, a pesar de haber tomado medidas para reducir sus costes en 617 millones de euros, y del 7,4% del ebitda. Sin embargo, pese a la mala posición financiera del grupo, el capex creció un 2,6% interanual, con un incremento elevado en inversiones en banda ancha ultrarrápida en Francia y Europa, duplicando hasta los 400 millones de euros el dinero destinado a la fibra y 4G respecto del año anterior. Como resultado el cash flow de Orange cayó un 12,6% interanual.

 

Otros grupos de operadores europeos con presencia internacional han incrementado las inversiones en red gracias a la venta de activos en los que mantenían participaciones. Vodafone es uno de ellos. Tras la venta de su participación en Verizon Wireless, el grupo destinó 3.650 millones de euros adicionales a mejorar su red móvil en toda Europa como parte de su programa de inversiones ‘Project Spring’. En Europa ‘Project Spring’ permitirá a Vodafone desplegar 36.000 emplazamientos 4G y 18.000 sall cells, además de modernizar otras 15.000 ubicaciones más.

 

Barreras a la monetización de los datos

Tales presiones financieras y las difíciles condiciones del mercado han estado limitando la capacidad de los operadores para monetizar los datos y extender el valor de la movilidad a nuevos servicios. Para complicar aún más las cosas, a pesar de la necesidad de aumentar las inversiones en la región, un buen número de operadores europeos están optando por no cobrar un sobreprecio por los nuevos servicios 4G, presionando así aún más el ARPU de sus iniciativas de movilidad de última generación.

 

Los retos que suponen las inversiones y la rentabilidad a largo plazo se reflejan en el rendimiento de las acciones de los operadores de la región. En solo dos años, de abril de 2011 a junio de 2013, el EURO STOXX Telecommunications Index (en el que se incluyen 14 de los mayores operadores europeos) refleja que el valor de sus acciones se ha reducido a la mitad, cayendo de los 400 puntos a 219. Este dato ha ayudado mucho también a alimentar especulaciones sobre una próxima ola de consolidación en el mercado de telecomunicaciones europeo, algo que los propios operadores llevan defendiendo algún tiempo ya.

 



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