NGN: Innovación, inversión y retorno

Como factor dinamizador en época de recesión, con múltiples repercusiones sociales y económicas, las redes de acceso de nueva generación (NGN) están acaparando la atención en los últimos tiempos tanto del propio sector como de la Administración. Ahora que la polémica sobre la regulación de las redes de fibra se pacifica, gracias al acuerdo alcanzado entre la Comisión Europea y la CMT, es el tiempo de volver a centrar el debate en los tres factores básicos que realmente giran alrededor de esta nueva generación de redes: innovación, inversión y retorno.
En favor del acuerdo influyó el ambiente propicio que creó la celebración en Barcelona, los pasados 9 y 10 de diciembre, de las jornadas “Diez años de la liberalización de las telecomunicaciones: Balance y perspectivas”, con las que la CMT conmemoró la apertura del sector hace ahora una década. Allí se pudo oír de nuevo la opinión de Telefónica y sus competidores sobre la regulación de las redes de fibra, y, por encima de todas, la de Neelie Kroes, comisaria de la Competencia de la CE. En su discurso inaugural, Kroes fue rotunda en la defensa de la competencia en las redes de nueva generación a fin de que no se vuelva a situaciones de monopolio, lo que “sería una locura”. En su opinión, el libre acceso a los conductos de fibra del dominante por parte de los alternativos no sería suficiente en aquellas zonas donde no se pueda ofrecer altas velocidades por otro tipo de plataformas. “No creo que una regulación estricta de las NGN perjudique las inversiones. Todo lo contrario. La regulación y la competencia contribuyen a impulsarlas”, aseguró.
En opinión de Kroes, la competencia ha permitido reducir los precios de los servicios, desarrollar el mercado y fomentar las inversiones. Por ello, “en la época de dificultades en que nos encontramos, en la que los consumidores tienen menor poder de compra, se debe avanzar hacia mayores niveles de competencia para que los precios continúen bajando y se sigan realizando inversiones que estimulen la demanda”.
Pocos días antes de las jornadas de la CMT, Bernardo Lorenzo, director general de Telecomunicaciones del Ministerio de Industria, señalaba el gran reto que suponían para todos las nuevas redes de fibra, “ya que van a marcar el futuro económico y social. Y nuestro objetivo es situar a España en una posición de vanguardia en estas infraestructuras”. Como destacó Bernardo Lorenzo en el transcurso del XII Congreso Internacional de Telecomunicaciones celebrado en Madrid hace unas semanas, el usuario es ahora el centro de la Red. “Antes sólo recibía información, ahora la produce y la intercambia con otros usuarios”, generando así una demanda de mayores anchos de banda.
José Miguel García, consejero delegado de Jazztel, coincidió con Lorenzo en situar al cliente en el centro del negocio, “dentro de un marco de competencia sostenible, ya que lo que demanda es calidad de servicios, calidad de acceso y precio”. Para los operadores alternativos, esta competencia sostenible sólo puede venir dada por una regulación que fomente la inversión y la innovación.

“Nos estamos jugando el futuro del sector”
El futuro de las redes de nueva generación pasa por invertir en nuevas infraestructuras y llevar la fibra a todos los ciudadanos para que puedan optar a una más amplia oferta de servicios y con mayor calidad. Sin embargo, para Fernando Ballesteros, secretario general de Orange, no hay que confundir “el fin con los medios. El fin es proporcionar los servicios a toda la sociedad, la infraestructura es el medio de conseguirlo. Y este proceso no se va a realizar de forma inmediata. La transición hay que hacerla de forma ordenada. Nuestra voluntad es invertir, pero con la garantía de amortizar los costes, porque nos estamos jugando el futuro del sector.” Según Ballesteros, “dado el modelo de negocio que tenemos en España, el Gobierno no será el que invierta en nuevas infraestructuras, sino los operadores, pero sólo lo haremos cuando realmente veamos una masa crítica. Hay que tener en cuenta que en este sector los periodos de amortización son muy cortos”.

Pacto en la cumbre
El tira y afloja que mantenían la Comisión Europea y la CMT por la regulación de las nuevas redes de acceso ya se encuentra en vías de apaciguamiento. Al final, la flexibilidad se ha impuesto en ambas posturas. Tal como había fijado la CMT, Telefónica tendrá que abrir sus nuevas redes de fibra a la competencia para servicios con un ancho de banda igual o superior a los 30 Mbps, mientras que para mayores velocidades basta con que el operador dominante permita a los alternativos compartir los conductos. Ahora bien, la CE no autorizará a la CMT a dividir el territorio nacional en dos zonas geográficas en función del grado de competencia existente en cada una de ellas y dar a Telefónica, allí donde fuera “suficiente”, libertad total en la comercialización de los nuevos servicios.



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