Los operadores alternativos denuncian la "remonopolización" del mercado
Los alternativos estiman que al eliminar la obligación de ofrecer el servicio de acceso indirecto sobre FTTH se impone como única medida la compartición de conductos a Telefónica sin ni siquiera haber comprobado su viabilidad, auditando la existencia de espacio libre, la entrada en edificios y el despliegue de fibra ya realizado por la operadora que condiciona la viabilidad de esta medida. Por este motivo, “Astel considera inaceptable que la CMT haya desoído los argumentos de los alternativos dando marcha atrás en su decisión, adoptada en mayo, mediante dichas medidas cautelares”. Según la asociación, al ser imposible replicar el despliegue del operador dominante con carácter inmediato, “el regulador está reservando el mercado de servicios de gran ancho de banda a Telefónica amenazando así el nivel de competencia alcanzado en el mercado español de banda ancha y conduciéndolo hacia una segura remonopolización”.
Por otro lado, la CMT aprobó una resolución para acotar los efectos producidos por la introducción de nodos de acceso en el subbucle de par de cobre. Para Astel, con esta resolución, la CMT extiende la obligación impuesta a Telefónica de proporcionar acceso a sus infraestructuras de obra civil a aquellas zonas en las que ofrece servicios minoristas de banda ancha desde nodos remotos, eliminando la obligación de la operadora de facilitar un servicio indirecto sobre FTTH que había sido previsto en el informe previo emitido para las zonas de nueva construcción.
Los operadores alternativos consideran que el regulador no ha valorado “la viabilidad de un despliegue propio de los operadores frente al despliegue en nodos de Telefónica, ni las implicaciones que puede ocasionar al no haber realizado un estudio previo de la situación actual de las canalizaciones y sin establecer previamente las condiciones para el acceso a las mismas y a los edificios”. Así las cosas, Astel manifiesta que estas resoluciones no protegen la competencia del mercado y son “negativas, por un lado, al no establecer claramente las reglas del juego de la inversión en una red propia a través de las canalizaciones de Telefónica y, por otro lado, al no asegurar, que es lo realmente grave, las inversiones realizadas por los alternativos hasta la fecha”.