La I-Administración, ¿técnicamente posible o sólo visión futurista?
Hasta ahora, hemos oído hablar de la Administración Electrónica o e-Administración, pero se precisa dar un paso evolutivo más para alcanzar la Administración Inteligente. Un nuevo concepto que sólo puede estar apoyado en una serie de pilares básicos como la interoperabilidad completa entre todos los entes que conforman la Administración, un cambio radical de cultura por parte de éstos y una orientación total al ciudadano.
La Administración Inteligente presenta una serie de características clave. Una de ellas es que todos los contenidos han de personalizarse para cada ciudadano, gracias a la información que la Administración tiene de cada uno de ellos. Otras características son la proactividad –como en el ejemplo del nacimiento, la Administración debe adelantarse a las solicitudes de los ciudadanos– y la multicanalidad –la interacción ha de facilitarse por todos los canales posibles, ya sea e-mail, TDT, correo ordinario o teléfono, entre otros. Asimismo, sólo se podrá conseguir una interoperabilidad real mediante la sucesiva integración e intercomunicación de los diferentes sistemas de información. Finalmente, se ha de producir un cambio de mentalidad que propicie la evolución de los procedimientos administrativos hacia los servicios, así como la integración y gestión centralizada de todas las informaciones puntuales sobre cada ciudadano.
Estas características pueden parecer bastante obvias sobre el papel, pero cualquier responsable técnico sabe que suponen verdaderos retos y problemas a la hora de llevarlas a la realidad. Con todo, algunas administraciones ya están dando pasos de gigante en este sentido, como la Agencia Tributaria, la Generalitat Valenciana o la Junta de Andalucía. Poco a poco, la verdadera Administración Inteligente nos dejará de parecer ciencia ficción para pasar a ser una realidad tangible para todos los ciudadanos, sus principales beneficiarios.
Manuel Castro Ruiz, Delegado de Sadiel en Extremadura