5G
Telecomunicaciones

Las telecos europeas se mantendrán reacias al gasto en 5G en el medio plazo

Un informe apunta a que las compañías optarán por una actitud cauta que llevará a no realizar incrementos significativos en sus gastos en los próximos cinco años.

gasto

Las frecuentes noticias sobre proyectos y avances en el despliegue del 5G o las posibilidades que abre para organizaciones, gobiernos y usuarios pueden generar la impresión de que su introducción es inmediata y masiva, pero la industria tiene opiniones encontradas sobre el alcance real que tendrá la tecnología. Un reciente informe de Moody's se encarga de echar otro jarro de agua fría. La agencia apunta a que las telecos europeas no harán desembolsos significativos para la introducción de las redes 5G en los próximos cinco años, retrasando su despliegue comercial en al menos dos años respecto a otras regiones como Estados Unidos o Asia. 

Esta actitud reticente se debe a una estrategia basada en la cautela, en la que las compañías de servicios de comunicaciones de Europa esperarán a garantizarse un retorno importante. Así, optarán por mantener una actitud vigilante, analizando cuál es el alcance real de la nueva tecnología y cómo puede llegar a beneficiarlas, antes de destinar partidas significativas de su presupuesto a ella. A la hora del despliegue de 5G, esto se traducirá en una implantación gradual, con impacto limitado en la balanza de gastos

La agencia marca tres fases en el calendario europeo de la expansión del 5G. Hasta 2020, la inversión se centrará en hacerse con parte del espectro que las administraciones reservan a la nueva generación de comunicaciones, pero sin que se produzca un desarrollo significativo a nivel comercial. Entre 2020 y 2025 se producirá una actualización significativa de la infraestructura 4G para prepararla para el siguiente estándar, que se irá implantando poco a poco. Tampoco será este el periodo en el que se vea un crecimiento de los ingresos provenientes de 5G, y las partidas de gastos seguirán limitadas. 

Para después de 2025, la agencia no tiene una perspectiva clara: apuntan a que los ingresos derivados del 5G podrían no ser suficientes como para justificar una inversión significativa, que es la que demandaría la tecnología. En este escenario podrían popularizarse modelos como el uso compartido de redes, e incluso se maneja la posibilidad de llegar a cambios en el negocio que lo alejen de la conectividad tradicional. El 5G podría contribuir a consolidar la integración entre distintos agentes del mercado, como telecos de servicios fijos y compañías de cable y móvil. 



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