Servidores de aplicaciones, piedra angular de las infraestructuras de próxima generación

Un reciente estudio elaborado por la consultora Ovum otorga a la tecnología de servidor de aplicaciones un papel primordial en la evolución de las arquitecturas de aplicaciones. El estudio predice que antes del año 2004 este mercado habrá alcanzado un volumen cercano a los 17.000 millones de dólares.

Publicado con el título Application Servers: Creating the Web-enabled Enterprise, el informe lleva a cabo un análisis de las tecnologías disponibles en este segmento, aconsejando sobre las estrategias y productos más recomendables tanto desde el punto de vista del usuario como del suministrador. Según el mismo, en un principio, la adopción de este tipo de servidores estará marcada por la necesidad de dotar de soporte Web a las aplicaciones existentes y evolucionará hacia el desarrollo de plataformas para la integración de nuevas y antiguas aplicaciones en la empresa que hagan posible abrir los recursos de misión crítica a la Web.
En palabras de Gary Barnett, uno de los autores del estudio, “la tecnología de servidor de aplicación proporciona un conjunto de servicios esenciales para el desarrollo y despliegue de aplicaciones distribuidas”.
Estas plataformas serán utilizadas para tres funciones diferentes. En primer lugar, para la “webificación” de las aplicaciones ya existentes en la empresa con el objetivo de crear una interfaz más amigable para el usuario. También serán utilizadas como medio de desarrollo Web, en cuanto plataforma aportadora de nueva funcionalidad de negocio, y, por último, como nexo entre los antiguos y nuevos recursos.
Como consecuencia del hecho de que el mercado tiende a resolver las necesidades de integración de las infraestructuras de tecnologías de la información dentro de la empresa, la consultora predice la convergencia de la tecnología de servidor de aplicaciones con las plataformas middleware empresarial y el software EAI.
Los servidores de aplicaciones también ofrecen un conjunto estándar de API de desarrollo, que facilitan sensiblemente el trabajo en comparación con las tecnologías middleware tradicionales. Estas herramientas provén al desarrollador de las interfaces necesarias para crear un marco de trabajo sobre el que construir aplicaciones de fácil mantenimiento y con un alto grado de adaptabilidad.
En cualquier caso, advierte sobre la complejidad de este tipo de plataformas. El usuario debe ser cauteloso ante los mensajes de facilidad de uso lanzados por los suministradores, mientras que éstos habrán de asumir que los distintos usuarios requieren diferentes niveles de sofisticación tecnológica, así como el soporte de tipos de servicios diferentes.


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