La UE modifica la ley de privacidad
El quebrantamiento de la privacidad de muchos usuarios provocado por brechas perpetradas en compañías afronta nuevas restricciones legales, que podrían convertirse en multas multibillonarias para las organizaciones más grandes, llegando a afectar a 'data controllers' y a fabricantes de chips.
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El panorama legislativo de la Unión Europea en torno al futuro de la privacidad de los usuarios parece haber despejado muchas dudas, cuando legisladores europeos clausuraron el encuentro celebrado el pasado martes con un acuerdo por el cual las compañías habrán de obtener de sus clientes y usuarios el consentimiento expreso y por escrito de éstos, antes de proceder a la recopilación de sus datos personales. Una premisa que, de no cumplirse, podrían acarrear multas que rondarían el 4% de la facturación de la empresa infractora.
Estas multas podrían en la cuerda floja a gigantes como Google y Facebook, que habrían de abonar cientos de miles de millones de euros, comparados con las sentencias económicas de unas pocas decenas de millones de euros que han de afrontar las empresas que sufren brechas en sus infraestructuras IT de Estados Unidos.
La nueva legislación europea entorno a la privacidad también incluye a las organizaciones que operan como data controllers (las empresas que trabajan en la recopilación de información personal), y a los fabricantes de procesadores como agentes punibles en casos de malversación. Los legisladores esperan que, con estas medidas, las empresas tratarán de hilar más fino a la hora de elegir a sus socios.
La legislación europea en torno a la privacidad viene acompañada de una serie de directrices y regulaciones que afectan directamente tanto a ciudadanos, como a empresa que realizan una actividad económica en la UE; pero la afectación de las mismas tiene efectos indirectos. Por lo cual, los miembros de los 28 estados cuentan con dos años para convertirlas en leyes vigentes.
