La reciente ampliación de la UE dinamizará el mercado de la banda ancha

La apertura de la Unión Europea a diez nuevos miembros procedentes del Centro y el Este de Europa supone, de entrada, una gran oportunidad para el desarrollo del mercado de la banda ancha, pero, según la consultora Ovum, este factor dinamizador podría llevarse a cabo con algunas sorpresas.


El escenario de la banda ancha en la Unión Europea todavía puede dar algunas sorpresas a aquellos que dan por supuesto que un Producto Interior Bruto bajo, combinado con una tasa de penetración estancada, significa un mercado radicalmente diferente. "Diferente, sí, pero las diferencias son menos marcadas de lo que muchos anticipaban", aclara Ovum, que acaba de publicar un estudio sobre el mercado de banda ancha en la Europa del Este.

Según la consultora, no existen grandes diferencias entre la forma en que los operadores de Europa Occidental abordan el mercado de la banda ancha y la seguida por sus homólogos orientales presentes en los diez nuevos países que se han incorporado a la UE el pasado uno de mayo. Es más, éstos han tenido la oportunidad de aprender mucho de los errores cometidos por los operadores del Oeste europeo. Al lanzar los servicios DSL por lo general algún tiempo después, han tenido tiempo de hacerlo saltándose por encima las ofertas convencionales para entrar directamente en la provisión de servicios avanzados; de hecho, asegura Ovum, las ofertas de banda ancha que se pueden contratar allí son similares, en cuanto a velocidades, descuentos y características avanzadas, a las hoy habituales en nuestros mercados.

Impulso a la liberalización
Aunque los mercados de telecomunicaciones de los diez nuevos miembros de la UE ya han sufrido grandes cambios durante los últimos años, su incorporación a la Comunidad Europea acelerará el proceso de liberalización en el que se encuentran. Asimismo, Ovum estima que el ingreso en la UE de sus diez nuevos miembros actuará como factor dinamizador de la banda ancha. Las directivas comunitarias sobre la armonización de las regulaciones de telecomunicaciones y el entusiasmo de la Comisión Europea por impulsar la Sociedad de la Información en su ámbito de influencia como factor competitivo frente a Estados Unidos y Japón han provocado una mayor actividad tanto por parte de los gobiernos como de las entidades reguladoras. De hecho, durante los últimos años se han puesto en marcha diversas iniciativas de gran calado para fomentar la competencia y mejorar la posición continental en tecnologías de la información y las comunicaciones. Incluso los fondos de la UE están jugando un papel clave en el desarrollo de infraestructuras de banda ancha.

En este escenario, la incorporación de los nuevos miembros de Europa Central y del Este puede representar un impulso al mercado de la banda ancha, al contar ahora con decenas de miles de potenciales nuevos abonados. Ahora bien, puntualiza Ovum, si se analiza cada uno de esos nuevos mercados, surgen algunas sorpresas. En Estonia, por ejemplo, la penetración de ADSL es del 7%, tasa superior a la de otros países de Europa Occidental mucho más ricos. Mientras, Polonia y Chequia comienzan a despertar: ambos experimentaron fuertes crecimientos en abonados a la banda ancha durante la segunda mitad de 2003, si bien es cierto que parten de tasas de penetración muy bajas.

La diferencia, factor clave
En definitiva, no se trata de un mercado homogéneo y, según Ovum, serán las amplias diferencias existentes entre los nuevos socios del Este, en lo que se refiere a situación económica y desarrollo de infraestructuras, la clave para el crecimiento de Internet y la banda ancha. Países como Eslovaquia se han beneficiado de su propia idiosincrasia geográfica: el desarrollo de la industria del esquí ha sido fundamental para el rápido crecimiento económico que está experimentando este país. Y las inversiones procedentes de operadores de Europa Occidental, como Telenor y Deutsche Telekom, para suplir las nuevas necesidades han estimulado el crecimiento y la innovación. Otros países, como Rumanía, se encuentran, sin embargo, muy por detrás de sus vecinos, con un Producto Interior Bruto medio cinco veces inferior al de la República Checa.

Oportunidad para los sistemas inalámbricos
En las actuales circunstancias, el reto que la UE tiene planteado para acercar la banda ancha, en términos de precios y disponibilidad, a la mayoría de los ciudadanos, incluidas las áreas menos pobladas, es ahora mayor que nunca. Según Ovum, los precios son todavía demasiado altos para el usuario medio, y en muchos países, dos tercios de los hogares todavía no disponen de línea fija. Sin embargo, la combinación de estos factores con la mucho mayor penetración de la telefonía móvil en la región, podría dar a las tecnologías inalámbricas la oportunidad de jugar un papel más relevante en la provisión de la banda ancha en la Europa del Este que el que ha jugado hasta ahora en la parte occidental del continente frente a ADSL. Así lo estima la consultora, que ve, además, en la agresividad de los operadores móviles y su incursión en el suministro de servicios Wi-Fi y wireless en general como dos factores que podrían generar dinámicas competitivas diferentes a las presentes hasta ahora en la UE anterior al uno de mayo.





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