Infinera trae a Iberia su realidad de "ilusión óptica"

Contar con presencia en Iberia es una de las líneas de actuación que ha puesto en marcha Infinera como parte de la política de expansión que iniciara en 2006 y que tiene como objetivo ampliar su negocio al mercado EMEA y asiático.

Durante el pasado ejercicio, la compañía obtuvo un crecimiento del 112%, alcanzando una facturación de 309 millones de dólares a nivel mundial. En junio de 2007, se incorporó al Nasdaq y durante el primer trimestre de 2008 su crecimiento fue de un 43%, alcanzando los 95,5 millones de dólares.

Su trayectoria se inicia en 2001, comenzando, realmente, su actividad en 2004 con el lanzamiento de lo que sería el pilar de su oferta: un circuito integrado fototónico (PIC) que integra en un chip, más pequeño que la uña de un niño, 50 dispositivos ópticos. “Esta arquitectura permite que las operadoras ahorren en tamaño, coste, consumo de energía, fiabilidad, escalabilidad e inteligencia”, comenta Geoff Bennett, director de Marketing de Producto de Infinera en EMEA.

El mercado objetivo de esta compañía con sede en California, son los proveedores de servicios y compañías de telecomunicaciones, contando, en este momento, con una cartera de más de cuarenta clientes. Aunque en España, no estaban presentes y en este momento se encuentran organizando la filial cuya dirección ha sido asumida por José Carrallo, sus soluciones ya están implantadas en la Península a través de las instalaciones locales realizadas por sus clientes internacionales con los que ya trabajan, como Interoute.

La aportación que Infinera hace al entorno de las redes ópticas es ofrecer un sistema que hace realidad la conversión OEO (óptico-eléctrico-óptico); es decir, combinar los fotones (más baratos, con más velocidad y mayor capacidad) y los electrones (indicados para el switching y el routing). La compañía ha impulsado el sector de la integración fotónica con su sistema óptico y un software que permite crear una arquitectura de redes conocida como Bandwidth Virtualization, la cual proporciona una capacidad de red mínima de 100 Gbps desde el primer día y hace que los operadores puedan suministrar o reconfigurar la capacidad de manera rápida y rentable para conseguir una ventaja competitiva a la hora de suministrar servicios de banda ancha a sus clientes. El futuro de la integración fotónica de Infinera pasa por conseguir doblar la capacidad de sus PIC cada tres años. “Para el año que viene queremos alcanzar los 400 Gbps y los 4 Tbps en diez años. Queremos aportar una solución que dé respuesta al crecimiento constante que se está produciendo de los servicios de elevado ancho de banda y al incremento del tráfico de IP”, explica Geoff Bennett.


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