Cae una de las compañías más importantes de fibra óptica
Global Crossing era una de las empresas tecnológicas más veteranas desde el boom tecnológico de los 90. Su desmesurada inversión en el tendido de redes de fibra óptica en todo el mundo, no ha tenido su reflejo en la demanda de tráfico, que ha resultado ser inferior a la esperada, por lo que la compañía ha venido acumulando deudas de 12.400 millones de dólares que le habían hecho perder un 90 por ciento de su valor en bolsa durante el año pasado.
La compañía ha construido una red de fibra óptica que une 200 ciudades de 27 países para dar servicio a operadores de telefonía y de Internet, pero no sólo ha sufrido las consecuencias de la ralentización económica, sino también la crisis de muchos de sus clientes, y el parón de la demanda, que no ha crecido conforme a las previsiones, junto con la caída de precios ante la capacidad de red. La compañía se encuentra ahora en conversaciones con dos inversores asiáticos, Hutchinson Whampoa y Singapure Technologies, que inyectarían 750 millones de dólares para intentar salvar a la compañía, según señala el comunicado que publica la compañía en su página web, en la que incluso se publica una carta a los distribuidores de cada continente explicándoles las causas y las medidas tomadas tras la declaración de bancarrota.
Un portavoz de la compañía aseguró ayer que la suspensión de pagos no afectará a sus operaciones en el resto del mundo, y tampoco en España. La filial española tenía previsto construir una red de 1.500 kilómetros de fibra óptica para unir Bilbao, Madrid, Valencia y Barcelona, con una inversión de 17.000 millones de pesetas. Las dificultades para obtener derechos de paso retrasaron las obras, y la firma empezó a dar servicio a los clientes, pero usando redes prestadas. El grupo inversor que ahora quiere hacerse cargo de Global Crossing espera reestructurar financiera y operativamente el negocio.
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