(Análisis) A vueltas con el futuro

Actualmente, se dispone, por un lado, de una red telefónica para la transmisión de voz y de algunos datos IP. Y, por otro, se tiene Internet para la transmisión de datos IP y de algunas conversaciones telefónicas. Algún día habrá una única red de nueva generación, conocida como Next-Generation Network, pero hoy existe un considerable debate sobre si será una evolución de la actual red telefónica de conmutación de circuitos o será Internet. Ese debate fue el tema central del foro anual sobre la futura generación de redes que, bajo el título de "Next Generation Network 2005", reunió a la industria y los expertos en Washington a finales del mes pasado.


Para Dave Passmore, presidente de la conferencia y director de investigaciones de Burton Group, existen muy pocas certezas a cerca de cómo será y a qué se parecerá esta red de nueva generación. Una incertidumbre que está provocando la parálisis en las organizaciones de normalización, como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la IETF. En el fondo del problema se encuentra el efecto que han tenido tecnologías como las inalámbricas, el vídeo, el routing basado en mensajes o las aplicaciones P2P en la estructura del routing IP original, que fue desarrollada cuando todas esas nuevas posibilidades apenas podían ser imaginadas. Todo ello hace que muchos aboguen por el rediseño de Internet, haciendo “tabla rasa” de lo disponible actualmente.

Pero lo más problemático de todo es que esta incertidumbre podría notarse en los bolsillos de operadores y usuarios. La dirección que tomen las redes de comunicación de próxima generación podría determinar hasta que punto están unidos los usuarios de las redes a los operadores y quien se verá obligado a reinventar su modelo de negocio para sobrevivir. “Tenemos que reconocer el hecho de que algo va mal en el modelo de negocio de la red pública", afirma Tom Nolle, presidente de la consultora CIMI. Passmore añade que los proveedores quieren aprovechar los cambios que se puedan producir para tomar de nuevo el control de Internet, ya que piensan que hoy está fuera de control.

Algunos consideran que la arquitectura IMS (IP Multimedia Subsystem), apoyada por la UIT, es la llave para que los operadores recuperen el mando. Concebida por Third Generation (3G) Partnership Project (3GPP), en esencia, IMS reemplaza la infraestructura de control de la red telefónica de conmutación de circuitos tradicional, haciendo posible que servicios como mensajes de texto, buzón de voz o archivos compartidos residan en servidores de aplicaciones sitos en cualquier lugar y ser ofrecidos por múltiples proveedores de redes cableadas o inalámbricas.

Aún así, algunos se mantienen escépticos sobre IMS. Aunque hace posible la migración de la conmutación de circuitos a IP manteniendo las características propias de la telefonía, como los servicios de emergencia o la posibilidad de realizar escuchas, sus críticos –como IETF- consideran que le da demasiado control a los operadores sobre la experiencia de usuario. “Hay un intento de controlar completamente la calidad de servicio por parte de IMS”, aseguró Scout Brim, consultor de Cisco, quien mostró la preocupación de IETF acerca de este asunto.
Los escépticos de IMS describen la arquitectura como un “jardín vallado” dentro del cual estarían los clientes. Para sus defensores proporciona a los usuarios una experiencia de servicio fiable, segura y de gran calidad.

Internet, en el otro extremo, sólo ofrece la calidad de servicio que puede garantizar el “best effort”, y, por tanto, es propenso a brechas de seguridad, ataques de denegación de servicio y otros retos, y es, en general, menos fiable que las redes telefónicas. Esta evidencia es la que ha hecho saltar la discusión, entre académicos e investigadores, de si Internet debe ser reconstruido desde el principio.

La principal razón para reconstruir la Red es la seguridad, explica David Clarck, científico del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), para quien, gracias a la popularidad y ubicuidad de Internet, “estamos sufriendo un exitoso desastre”. El representante del MIT, una de las instituciones que más ha contribuido al desarrollo de la Red, se pregunta si ésta es lo suficientemente buena hoy en día y qué aplicaciones es imposible construir debido a las limitaciones que representan sus características actuales. “No tenemos arquitectura, ni estructura ni un compendio de normas, y necesitamos centrarnos en la resistencia al ataque”.

La fiabilidad está a la misma altura que la seguridad entre los motivos para remodelar la arquitectura de Internet, según Larry Peterson, profesor de la Universidad de Princeton. Aún así, según sugiere, un cambio a mejor podría ser más duro que continuar como hasta ahora, porque los individuos y las organizaciones que confían en Internet se han acostumbrado a la forma en la que funciona actualmente. La flexibilidad podría incluso ser un trastorno para estos usuarios, ya que, a su juicio, “Internet se ha osificado”.

Peterson, que consideró que desarrollar una nueva arquitectura no ofrece una ventaja competitiva, recomendó a la industria acogerse al modelo que propone el proyecto GENI (Global Enviroment for Network Investigations), que forma parte de la Future Internet Design Initiative (FIND) de la National Science Foundation. GENI es un prototipo de red de comunicaciones que permite desplegar innovaciones en investigación y soporta la validación experimental de nuevas arquitecturas antes de implementarlas en el mundo real. Diseñado para soportar tanto la investigación como la implementación de las innovaciones, ayuda a ligar los experimentos de laboratorio a pequeña escala con su aplicación comercial.

Pero, para otros, el desafío sería conseguir que GENI resulte atractivo, como es el caso de Paul Mockapetris, ponente y jefe científico de gestión de direcciones IP de la compañía Nominum y creador del sistema de direcciones DNS de Internet, quien además se planteó interrogantes al respecto de cuál podría ser la materia bruta del futuro Internet. Este último punto es crucial porque aquéllos que lo descubran dominarán la innovación en la Red. Y Mockapetris tiene claro quien lleva la delantera. “Los chicos malos están siendo enormemente innovadores, y si no se lo creen, les animo a asistir a una conferencia de DEFCON [la mayor convención de hackers del mundo]”, afirmó Mockapetris.

Mientras la industria da vueltas en torno a la futura generación de redes, los modelos de negocio de los operadores –tanto de telefonía como de Internet -, penden de un hilo. Los clientes de negocios están comenzando a sustituir frame relay, ATM y las líneas privadas por la conectividad a la Internet pública, a medida que el rendimiento de la Red mejora. Al mismo tiempo, la tecnología wireless amenaza con dejar obsoletos los servicios y proveedores “fijos”; los servicios de vídeo (que consumen un gran ancho de banda) tensionan cada vez más la red pública; y las aplicaciones P2P dan más poder a los usuarios.

“El impacto disruptivo de IP y los sistemas multimedia digitales ya están aquí”, dice Passmore. “¿Quién se quedará con el cliente? ¿Qué importancia tendrán en el futuro los operadores de redes fijas? Estamos asistiendo a la consolidación de mercados antes separados".


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