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El paso del best-effort al carrier-grade WiFi no es opcional

Hasta ahora, los operadores no han sabido aprovechar todo el potencial de estos despliegues a causa de la falta de herramientas capaces de gestionar el rendimiento de la red y su calidad de experiencia (QoE), y se han limitado a ofrecer a sus clientes una experiencia 'best-effort'.

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A día de hoy no es ningún secreto para los operadores que el despliegue de redes WiFi comunitarias puede aportarles múltiples beneficios, gracias al ahorro de costes a través de estrategias de offload y WiFi-first, así como a la reducción del churn o rotación de clientes con servicios de valor añadido basados en WiFi. Sin embargo, hasta ahora, los operadores no han sabido aprovechar todo el potencial de estos despliegues a causa de la falta de herramientas capaces de gestionar el rendimiento de la red y su calidad de experiencia (QoE), y se han limitado a ofrecer a sus clientes una experiencia best-effort.

Recientemente Juniper Research advertía en un informe de la caída de los ingresos de los operadores a nivel global y vaticinaba que en los próximos cinco años sus ingresos anuales por servicios de voz y datos podrían caer hasta en 50.000 millones de dólares. En España, según datos del sector, el churn medio de todas las compañías alcanza un 14,5%, un porcentaje que refleja un bajo nivel de fidelidad por parte de los clientes.

Observando estas cifras y teniendo en cuenta la madurez del mercado, creo que no hay duda de que los operadores se encuentran en un momento crucial para abordar esta transición si pretenden seguir siendo competitivos en el mercado y mantener e incluso incrementar su base de clientes.

¿Qué tienen las redes WiFi carrier- grade que no tengan las redes best- effort?

Las redes WiFi best-effort ofrecen una experiencia de usuario inconsistente, más determinada por el sistema operativo de su smartphone que por el propio operador que, de hecho, no tiene una visibilidad de lo que sucede en ellas en tiempo real. Además, estas redes se encuentran totalmente aisladas de las redes celulares, por lo que los proveedores de servicios no pueden aplicar las mismas políticas a sus clientes ni ofrecer los mismos servicios o capacidades de gestión.

El paso de estas redes WiFi best-effort a redes carrier-grade podría salvar muchos de estos obstáculos con los que se encuentran los operadores, no sólo porque permiten una visibilidad del rendimiento desde la óptica tanto del usuario como de la red, sino porque les otorga el control de la calidad de experiencia que se ofrece a sus clientes. En consecuencia, estos podrían implementar estrategias offloading de datos móviles sin que afectara a sus clientes que, de hecho, disfrutarían de una experiencia tan integral que ni siquiera serían conscientes de que están cambiando de redes.

¿Cómo conseguir un WiFi de calidad carrier-grade?

Para convertir un despliegue WiFi best-effort en uno carrier-grade hay tres pasos fundamentales:

  • Garantizar que los clientes siempre se conecten a la mejor red disponible, ya sea WiFi o celular. Y para conseguirlo los operadores necesitan invertir en una solución capaz tanto de analizar el rendimiento de red en tiempo real, como de tener en cuenta datos históricos, para asegurar que los usuarios se están conectando a la mejor red disponible, con independencia del tipo de red. De este modo se evitará la frustración de los clientes a causa de una mala calidad de la conexión.

 

  • Optimizar el rendimiento de la red WiFi. Un requisito fundamental para ofrecer una calidad de experiencia consistente es poseer el control necesario del rendimiento de las redes WiFi. Y hasta ahora, los operadores no contaban con soluciones que lo hicieran posible, pero en la actualidad ya hay soluciones en el mercado que, además de controlar el rendimiento, permiten mejorarlo y mitigar incidencias cuando sea necesario.

 

  • Asegurar la consistencia del servicio con independencia de la tecnología de acceso. Los usuarios demandan un buen servicio, pero no tienen interés en conocer la tecnología que hay detrás. En el caso de los proveedores de servicio, esto es aún más importante, ya que necesitan tener la misma visibilidad y capacidades de gestión sobre los usuarios tanto si su acceso es WiFi como celular.

En un mercado como el actual, en el que los operadores compiten con planes de datos cada vez más agresivos, estoy convencido de que ofrecer estrategias como offloading o WiFi-first es fundamental para hacer frente a la demanda de conectividad de forma rentable, y al mismo tiempo mantener la satisfacción de los clientes. Sólo siguiendo esta dirección y con la adopción de soluciones carrier-grade será posible la transición hacia un WiFi de nivel superior.

 

Alex Puregger, CEO de Fon.



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