Internet de las Cosas

Cuatro modelos para crear valor con Internet de las Cosas

Internet de las Cosas (IoT) está generando mucho ruido, tanto que a veces dificulta que las empresas puedan descubrir todo su potencial. Así lo cree Gartner, que acaba de formular en su evento anual para directivos de TI celebrado en Dubai cuatro modelos básicos para generar valor con la próxima evolución de Internet.

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Estamos en el nacimiento de una nueva era, o en la “fase temprana de desarrollo”, según el argot del consultor, y se comprende esta cierta dispersión en los modelos de negocio, las aplicaciones y los desarrollos en torno a Internet de las Cosas (IoT). La diversidad sectorial y la especificidad de cada empresa contribuyen a esta confusión y hace que sea difícil identificar fácilmente su potencial.


Para intentar clarificarlo, Gartner ha identificado cuatro escenarios típicos en la mayoría de las organizaciones, cada uno de los cuales ofrece claras oportunidades de negocio.


El ámbito de la gestión es el primero e implica esencialmente la mejora en el uso de los activos de la empresa. Por activos, se entiende desde los equipos informáticos o incluso sus piezas, hasta una ubicación como una sala de reuniones o el parking de la empresa. Muchos de ellos además están conectados entre sí por lo que constituyen una base sobre la que gestionar su uso. Estos sistemas podrán ser muy simples, y apenas ofrecerán datos como ocupado o disponible, o muy complejos como, por ejemplo, el motor de un avión.


Monetizar o cobrar por el uso de un activo de forma gradual, midiendo con precisión su uso, es el siguiente escenario que dibuja Gartner. Se abre así una gran oportunidad parar reemplazar los gastos de capital por operativos, calcular el coste real de los mismos en función de su vida útil, y conseguir un mantenimiento preventivo más eficiente. Sería aplicable a máquinas, motores, servicios de seguros de vehículos, etc.

 

En un ámbito operativo, Gartner propone aprovechar IoT para controlar el entorno, en especial plantas de fabricación en las que intervienen múltiples equipos y procesos, desde una válvula (lo más sencillo) hasta  los datos de miles de sensores que puedan combinar información atmosférica y climática con la de presión y flujo del agua para gestionar un sistema de riego o de suministro de agua, lo que evitaría tener que visitar los lugares físicos para analizar las condiciones ambientales.

 

El último de los escenarios es ampliar el alcance de los oferta de una empresa, mediante la aportación información adicional o servicios digitales a los activos existentes. Cuando se entrega un producto o servicio se acaba el trabajo, pero IoT puede ampliar la vigencia de estos activos, por ejemplo, permitiendo descargas automáticas o detección de fallos de forma desasistida. En el mundo real, los conductores de un vehículo con sensores podrían conocer sus patrones de conducción o ser avisados del fallo de una pieza, o de su deterioro, antes de que se produzca. Esta información multimedia se podría consultar desde cualquier dispositivo conectado, incluso con descarga de imágenes en streaming.

Como resume  Hung Lehong, vicepresidente de Gartner, “el verdadero poder de Internet proviene de la combinación de cosas, personas, lugares y sistemas de información. Es lo que nosotros llamamos Internet de todas las Cosas".

 



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