Comunicaciones eficientes: Algo más que una moda
Las características que pueden dar lugar a catalogar una red de comunicaciones como “eficiente” es variable, en función de las necesidades de recursos que tenga cada organización en materia de comunicaciones. El aprovechamiento eficiente de los recursos técnicos asociados a las comunicaciones de una empresa con una gran dependencia de otros centros de oficinas geográficamente distribuidos no es el mismo que el de una organización con un importante número de usuarios móviles, por ejemplo. Pero como elemento general, se puede decir que las comunicaciones eficientes han de ser, ante todo, flexibles a las necesidades presentes y futuras de las organizaciones, permitiendo un aprovechamiento óptimo de los recursos que cada empresa destina a este capítulo.
Para saber si nuestras comunicaciones son realmente eficientes, tendremos que conocer el estado de las comunicaciones en la organización. Un aprovechamiento ineficiente de las comunicaciones puede dar como resultado la inexistencia de posibilidades que mejoraría el trabajo diario de la organización. Actualmente, una empresa sin comunicaciones es una organización que no existe, y como tal está fuera del mercado, de sus proveedores y clientes, actuales y potenciales. Por ello mismo, una empresa que no optimiza sus comunicaciones se enfrenta a una desventaja competitiva frente a cualquiera de sus competidores más avanzado en este campo.
Los beneficios de las comunicaciones eficientes son siempre un mejor aprovechamiento de los recursos en este campo: mejores servicios de telefonía, una infraestructura de datos más segura, potente y rentable, mayores y mejores servicios disponibles sobre la infraestructura de comunicaciones, un conocimiento claro y detallado de la situación actual y las necesidades futuras, etc. Desde el punto de vista del ahorro, las comunicaciones eficientes evitan la duplicidad de recursos y un adecuado dimensionamiento de los recursos técnicos.
En definitiva, disponer de una estimación a corto y medio plazo de las necesidades futuras, un plan de implantación y un asesoramiento continuo sobre las novedades y alternativas disponibles son los factores clave que pueden marcar la diferencia.
Raúl Izquierdo, Responsable de Desarrollo de Negocio de Alhambra-Eidos