Comunicaciones

¿Cómo serán los operadores en el mundo 2.0?

¿Tuberías tontas –pero muy muy gordas–, creadores o agregadores de valor? Pese a esta disparidad sobre cuál será su modelo de negocio todos estamos de acuerdo en algo: a la Telco 2.0 la seguirán pidiendo que reduzca costes y que sus operaciones sean ¨más baratas¨ que el año anterior. Básicamente, que mejoren su margen operativo año tras año. 
Centrándonos en la parte de costes operativos asociados a las redes de telecomunicación, lo primero que podemos preguntarnos es qué tendencia van a tener esos costes si no hacemos nada nuevo. Lo que vemos a nuestro alrededor Rafael Ferrer, director de Desarrollo de Negocio de Servicios de Alcatel-Lucent nos indica una clara tendencia al incremento del número de terminales (accedemos a la red cada vez desde más sitios) que usamos para acceder a aplicaciones diversas (que mezclan datos de fuentes dispersas), con un notable incremento del número de bytes transmitidos. Vemos también una sociedad muy ¨enganchada¨, que reposa sus hábitos cada vez más en la red, y que por ello va a ser cada vez más demandante en disponibilidad y calidad. Todo esto se traduce en complejidad operativa, y por lo tanto, si no se hace nada, significará un incremento neto y porcentual en costes. Es cierto que con las redes de nueva generación las operaciones serán más simples, pero durante un periodo importante de tiempo, nuestro futuro inmediato, convivirán redes de varias generaciones, amplificando la complejidad de la operación.
Reducir costes operativos haciendo lo mismo es una estrategia con pocas posibilidades de éxito a largo plazo (aunque a veces a corto sí), por eso la Telco 2.0 está ya implementando nuevas formas de hacer las cosas, nuevos modelos operativos que cumplan la doble función de reducir la carga financiera de las operaciones en los resultados de la compañía, apoyando al mismo tiempo la estrategia de crecimiento. No se trata de buscar una ciega reducción de costes sino un equilibrio estable entre esas dos variables.
Y no solo en costes. Hay dos motivos fundamentales para cambiar el modelo operativo: una los costes, está claro, y otra más relacionada con dónde está nuestro cerebro, y por lo tanto el cerebro de la compañía. Todos sabemos que si el día a día nos atrapa, poca CPU dedicaremos a hacer cosas de forma diferente, a innovar, a diferenciarnos. Es esta brecha tanto o más que el ahorro de costes lo que está poniendo en la mesa los nuevos modelos operativos.
Muchos son modelos (offshoring, outsourcing, hosting, etc) que ya se ensayaron con éxito en el mundo TI y que también en el mundo de los operadores de telecomunicaciones se han implementado ampliamente en las áreas periféricas del negocio, lejos de la Red. Cierto que desde hace mucho tiempo también ha habido implantaciones totales de estos modelos por operadores nuevos y en mercados emergentes; sin embargo, ahora nos encontramos más y más con que son adoptados e implementados en Europa y Estados Unidos por operadores ‘clásicos’, como BT o France Telecom u otros ‘menos clasificables’ como Vodafone.

Un modelo agotado
Podemos ver dos motivos fundamentales. El primero, el previsible agotamiento del modelo actual. Una vez dejados atrás los años de la gran expansión móvil, los grandes operadores han estado abordando procesos de optimización de sus operaciones que, crecidas a la sombra de la expansión móvil, tenían ineficiencias notables. Estos procesos han dado sus frutos y tienen aún recorrido. ¿Es esto suficiente?. Es suficiente para hoy, pero su efectividad va ligada fundamentalmente a procesos de consolidación y automatización. Lo gordo ya lo hemos hecho, y lo que queda por hacer ya contamos con ello. Necesitamos más.
El segundo es un cambio fundamental en la mentalidad de los grandes operadores sobre la esencia de su valor diferencial. Hasta ahora había dos mundos: mientras los operadores emergentes, sin estructura capaz de hacerse cargo de las operaciones de la red, consideraban inevitable aplicar un modelo de operaciones gestionadas, los operadores clásicos consideraban impensable poner parte de sus operaciones en manos de un tercero más allá de la simple subcontratación de funciones (outtasking). Hoy eso está cambiando y los operadores están delimitando mejor cómo quieren competir y por tanto están más abiertos a optimizar aquello que si bien sustenta el negocio no va a hacer que venda más. Pero sin olvidar tampoco que puede hacer que venda menos (todos sabemos como usuarios el impacto que tiene una mala atención o caídas continuas del servicio).
Es por ello que vamos a seguir viendo cambios en la forma de hacer las cosas similares en cierto modo a lo que ha sido el RAN sharing en las infraestructuras, aunque es evidente que, a medida que subimos en la escala de valor de los servicios, más difícil se hace pensar en esquemas simples de uso conjunto. Sin embargo cada vez se hace más natural ver el papel de un tercero capaz de usar esas economías de escala y ponerlas en el mercado. Ese es el papel que desde Alcatel-Lucent traemos a las operaciones de los operadores del futuro, de esos Telco 2.0.


Rafael Ferrer
Director de Desarrollo de Negocio de Servicios de Alcatel-Lucent



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