Cómo hacer frente al cibercrimen en la era digital
Un nuevo informe de BT y KPMG advierte de las amenazas que están surgiendo en la era digital y que llevan las prácticas cibercriminales a un nuevo estado, mucho más organizadas y con un evidente ánimo de lucro. Es lo que se conoce como industrialización de las amenazas.
Apenas uno de cada cinco responsables de TI en grandes corporaciones multinacionales está convencido de que su organización está totalmente preparada contra la amenaza de los cibercriminales. La gran mayoría, no.
Además, estos últimos achacan esta carencia a las limitaciones de presupuesto, normativa y la dependencia de terceros, elementos que juegan en su contra, según recoge un reciente estudio de BT y KPMG.
La investigación también revela que el 97% de los encuestados ha experimentado un ataque cibernético y la mitad admite que éstos se han incrementado en los últimos dos años. Entre los principales obstáculos, destacan los de tipo regulatorio y la dependencia de terceros, aspecto mencionado en el 44% de los casos.
Según lo explica Mark Hughes, CEO de BT Security, “la industria está sufriendo una escalada entre bandas criminales profesionales y entidades estatales que emplean sofisticadas técnicas. Los criminales cibernéticos del siglo XXI son un empresario despiadado y eficiente, apoyado por un mercado negro muy desarrollado y de rápida evolución”.
El documento indica también que el rol de los directores de riesgos digitales es cada vez más estratégico y destaca la necesidad de ajustar los presupuestos si se tiene en cuenta que el 60 por ciento de los responsables de la toma de decisiones afirma que la financiación de la seguridad informática de su organización proviene del presupuesto de TI central. Es más, el 50% cree que debería venir de un presupuesto de seguridad independiente.
Además, uno de los mayores retos identificados en el informe es la financiación y magnitud del gasto en I+D que los delincuentes pueden manejar para romper las defensas de las compañías objetivo.
En definitiva, la investigación apunta a la necesidad de cambiar la mentalidad y no a considerar la seguridad simplemente como un ejercicio de defensa. Es, de hecho, el facilitador que hace posible la innovación digital y en última instancia genera beneficios, concluyen.
