Ciberdelitos cometidos por adolescentes
A menudo, las emociones ponen impedimentos a la hora de ver la manera más efectiva de cumplir con un objetivo. Y es que la sensibilidad emerge fácilmente cuando el causante de un ciberataque es casi un niño.
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Brian Krebs, propietario del blog de seguridad KrebsOnSecurity, ha adoptado una postura radical para protestar por una sentencia reciente que condenaba a un chico de 17 años por haber cometido del orden de 50.000 cibercrímenes incluyendo brechas a plataformas TI, fraudes en pagos, así como innumerables botnets y llamadas de falsas amenazas de bomba. A Julius Kivimäki le fue conmutada la pena de dos años de prisión por una sentencia que le condenaba a pagar el equivalente de 7.200 dólares.
El juez se apoyó en la juventud del acusado, puntualizando el hecho de que la mayor parte de los delitos los cometió varios años atrás, en que era su primera causa, que había permanecido algún tiempo en prisión preventiva antes del inicio del juicio, y por el motivo más importante: porque nadie había sido físicamente dañado a causa de dichos crímenes.
Desde el punto de vista del ciberdelincuente, emergen una serie de elementos que sorprenden y exasperan a partes iguales. Por un lado, se dijo que Julius Kivimäki estaba afiliado al grupo organizado de ciberladrones denominado Lizard Squad. Tras la sentencia, Krebs señaló que el acusado cambió su perfil de Twitter por el de “el intocable dios-hacker”, y añadió triunfante en su mensaje de presentación tras la sentencia absolutoria: “Toda aquella gente que me condenó a pudrirme en la cárcel no quiere comprender que venimos diciendo desde el principio que tenemos la llave maestra.”
La actitud de este joven ciberdelincuente frente a sus acciones puede resultar irritante, pero la cuestión real es saber si la sentencia benévola del magistrado con Kivimäki mantendrá alejado a éste de volver al hampa del ciberespacio, o enseñará a otros la manera de seguir sus pasos. Las avanzadas habilidades de Julius Kivimäki podrían permitirle vivir de un modo más lucrativo si desccubriese la vía de la consultoría en seguridad en lugar de lanzar ciberataques, como ya hizo en su día el legendario ciberladrón Kevin Mitnick.
