Redes de hasta 10 Gbps con Cat6A

Usos cada vez más complejos y que consumen mayor ancho de banda, como la videoconferencia, han despertado recientemente un mayor interés por renovar las instalaciones de cableado en edificios enteros, para poder disfrutar de las infinitas posibilidades que el desarrollo de las redes está propiciando. Estas innovaciones tienen un impacto directo en las infraestructuras y la electrónica de red de las organizaciones, que ha pasado de ser un coste prescindible a suponer un elemento clave para abrir nuevos caminos y posibilidades. Como consecuencia, el cable es de nuevo considerado como canalizador principal de todo este avance. La conectividad vuelve a ser una prioridad absoluta y punto de partida ineludible en el despliegue tecnológico en el seno de la empresa.
Detrás de la despreocupación por el cableado se encontraba un avance apenas apreciable frente a la estructura ya existente o bien un desembolso exagerado que no todas las empresas podían permitirse. Con los últimos avances, y aunque aún existe una gran base instalada de Cat5e, será a partir de ahora y durante los próximos dos años cuando seamos testigos de una transición al estadio superior, que no vendrá propiciada por el teórico sucesor más avanzado, Cat7, sino por un paso intermedio conocido como Cat6A.
De forma paralela a la Clase EA del comité internacional, la TIA norteamericana (Telecommunications Industry Association) ha desarrollado el estándar Cat6A, o Augmented Category 6, que, al no someterse a tantas trabas administrativas, llega antes al mercado ofreciendo capacidad para soportar 10Gbps sobre par trenzado, ancho de banda que responden con suficiente solvencia a los retos de la actualidad y del futuro a medio plazo. Esta tecnología, sustituta de su predecesora Cat6 y menos compleja que Cat7, permite alcanzar frecuencias de transmisión de hasta 500 y 600 MHz, frente a los 200MHz ofrecidos hasta la fecha.
Y es que, a pesar de que ya existen algunas implantaciones de cableado Cat7, las previsiones más optimistas apenas le otorgan un 0,4% del mercado a finales de 2006. Aún arrojando Cat7 mejores ratios de frecuencia de transmisión, no son pocos los inconvenientes que presenta, desde la necesidad de un cable mucho más grueso –lo que repercute en la flexibilidad- hasta una instalación más complicada, al tener que recurrir obligatoriamente a conectores con pares apantallados individualmente, lo que no es posible en muchos casos si no se tuvieron en cuenta en los planos del edificio desde un principio. Del mismo modo, las conexiones de Cat7 no son compatibles con el equipamiento de red existente, lo que repercute en mayores costes de puesta en marcha.
En definitiva, las compañías deben apostar por la última tecnología de cable para poder garantizarse el ancho de banda necesario no sólo a corto plazo, sino también con vistas a un futuro no tan inmediato. En este contexto, el control de costes no puede ser dejado de lado, lo que tampoco ha de impedir avanzar en materia de conectividad. El cableado Cat6a es, por tanto, la tecnología clave para poder enfrentarse adecuadamente a los nuevos retos, alcanzando un punto de equilibrio estable entre inversión y avance.


Javier Ascunce, Director del Departamento Técnico de Grupo NCL

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