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Green IT. Ahorro de costes y responsabilidad social

El gasto en suministro de energía y refrigeración de los centros de datos superará este año al presupuesto destinado al hardware. Esta es ya por sí sola una buena razón para pensar en “verde”. Pero el alcance del movimiento Green IT va mucho más allá, compartiendo objetivos con las políticas de Responsabilidad Social Corporativa.

Alguien no ha oído hablar todavía del calentamiento global? Difícilmente. Al Gore y sus seguidores planetarios no lo permitirían. Con un Premio Nobel de la Paz y un Oscar en sus manos, “una verdad incómoda” en su boca y todo un coro mediático a su alrededor, el ex vicepresidente de Estados Unidos ha contribuido en gran medida a que las consecuencias de las emisiones de CO2 y el cambio climático hayan pasado a formar parte de las conversaciones cotidianas de los terrícolas. También de los profesionales de tecnologías de la información, a los que hoy se les exige un alto grado de compromiso con la reducción del gasto energético de los centros de datos y los equipos informáticos bajo su responsabilidad, y con el movimiento Green IT en general. Al fin y al cabo, las TIC son las responsables del 2% de las emisiones de CO2 a nivel mundial. Una tasa que Gartner se ha molestado en destripar: de ese 2%, el 39% corresponde a PC y monitores, el 23% a los servidores, el 15% a las telecomunicaciones fijas, el 9% a las telecomunicaciones móviles, el 7% a las LAN y telecomunicaciones de oficina, y el 6% a las impresoras.

El data center se convierte en un objetivo obvio para la reducción de los costes energéticos. Sólo en Estados Unidos, los centros de datos consumen 61.000 millones de kilovatios a la hora, con un coste de 4.500 millones de dólares al año. Varios estudios coinciden –número arriba, número abajo o abajo- en atribuir el 50% del uso de energía del data center al aire acondicionado y el 26% a los servidores y al almacenamiento, mientras que los equipos de comunicaciones son responsables del 11%, el equipamiento de distribución de electricidad del 10% y el alumbrado del 3% restante. IDC prevé que el gasto en suministro de energía y refrigeración de los centros de datos supere este año al presupuesto destinado al hardware.

En cuanto a los PC y los monitores, además de representar el mayor problema, son la parte más inabordable por la dificultad que para los responsables de TI entraña controlar el comportamiento de los usuarios finales. Una solución sería que, al final de la jornada, los empleados pudieran poner sus equipos en estado de bajo consumo, en vez de en standby o apagarlos directamente. Algo que, obviamente, ayudaría a reducir tanto las emisiones de C02 como los costes de electricidad de la empresa hasta en un 40%.

Crece el número de iniciativas “verdes”

La importancia de estos datos explica que, según un reciente estudio de BEA Systems, el 64% de las empresas de Iberia ya hayan puesto en marcha –o prevean hacerlo próximamente– medidas para reducir el consumo de energía y las emisiones provocadas por el uso de la tecnología, tasa que sorprendentemente coloca a España y Portugal a la cabeza de Europa en este campo, por encima de Francia (49%) y Alemania (53%). De acuerdo con los resultados del informe, al 31% de las empresas ibéricas que ya disponen de programas de Green IT, hay que sumar un 6% que, pese a contar con un plan en este sentido, aún no lo ha puesto en marcha, así como un 27% que piensa hacerlo en un futuro próximo. Por el contrario, el 32% de las organizaciones sondeadas no tiene todavía la intención de implantar iniciativas verdes.

El ahorro de costes es una de las razones clave para abrazar el movimiento Green IT. No en vano, el coste energético de un data center supone un 13% del total de los gastos. Combinando el progresivo crecimiento del precio por kilovatio que casi nadie discute, con la proliferación de las TI que tampoco nadie discute, algunos expertos prevén que en los próximos años el coste de la factura eléctrica llegará a suponer la mitad del coste total de explotación. IDC prevé que el gasto en suministro de energía y refrigeración de los centros de datos supere este año al presupuesto destinado al hardware. Además, hoy en día existen áreas (la City de Londres, por ejemplo) donde no es posible ubicar determinados data centers porque las compañías eléctricas no pueden garantizar el caudal requerido.

Y de las estrategias estrictamente económicas de ahorro de costes se está pasando a la activación de políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), aunque éstas abarquen un campo de acción mucho más amplio. De acuerdo con el estudio realizado por BEA Systems citado anteriormente, el 57% señala el cumplimiento de la normativa gubernamental como motivo principal para la puesta en marcha de políticas “green”, seguido de la responsabilidad social corporativa (45%), el incremento del coste energético (38%) y los problemas de espacio (18%). La principal prioridad para las empresas españolas y portuguesas es el reciclaje y la utilización más responsable de los recursos tecnológicos. El segundo objetivo en importancia es la reducción del consumo energético de las TI (53%), seguido de la reducción de los gastos de refrigeración y luz de los centros de datos (50%).

La necesidad de contribuir a una sociedad más comprometida con el medio ambiente y con las causas sociales es una premisa cada vez más en boga en las organizaciones, ante las que se abre ahora un nuevo reto: convertirse en organizaciones eco-responsables, reduciendo su consumo y aumentado su rendimiento.

Eficiencia energética

El compromiso creciente de las empresas con el movimiento Green IT está haciendo crecer la necesidad de contar con métodos para medir de una forma objetiva el consumo de potencia en los centros de datos, pues sólo de esta forma se conseguirá una máxima eficacia contrastable. Y este es el objetivo de dos nuevos estándares que cuentan con el apoyo del consorcio industrial The Green Grid, creado en 2007 precisamente con la misión de desarrollar métricas de la productividad y eficiencia energética de los data centers. Se trata de Power Usage Effectiveness (PUE) y Data Center Infrastructure Efficiency (DDCiE), que, según The Green Grid, “además de permitir estimar el nivel de eficiencia energética de los data centers, permitirán comparar los resultados con los de otros centros de datos y determinar si resulta conveniente realizar alguna mejora”.

Estas métricas se basan esencialmente en la correlación entre la cantidad de electricidad que consume el centro de datos, tanto con fines de alimentación como de refrigeración, y la cantidad

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