Conectividad inteligente, el desafío de la empresa global

En torno a 1968, Marshall McLuhan acuñaba el término de la “aldea global” aludiendo a la interconectividad humana a escala global. En aquel entonces, cuando Internet no era ni un proyecto, este filósofo canadiense supo visualizar una parte de la realidad que vivimos hoy.
En el entorno actual, en el que se ha impuesto la globalización de la empresa con estrategias de expansión, fusiones, adquisiciones, etc., las organizaciones crecen orgánica y geográficamente y, al mismo tiempo, se incrementa la cantidad de recursos informáticos que necesitan.
Las infraestructuras y las redes son cruciales a la hora de garantizar su actividad, la eficiencia y la productividad y, por encima de todo ello, la seguridad no puede verse comprometida. De hecho, hoy más que nunca el personal tecnológico y de redes se enfrenta al desafío de dar servicio a los usuarios con un conjunto diverso de requerimientos de acceso a la red y a las aplicaciones en función de los perfiles del usuario o dispositivo, ubicación o presencia. Su papel es crítico a la hora de alinear los procesos de negocio clave y los objetivos de extender la movilidad, mejorar la productividad y mantener la disponibilidad de las aplicaciones, al mismo tiempo que garantizan el cumplimiento tanto de las políticas internas como normativas externas.
De hecho, para un buen funcionamiento de la empresa, la organización de TI y redes debe garantizar el acceso bajo demanda a la red, el correo electrónico y las aplicaciones de colaboración para asegurar un alto nivel de productividad del empleado; tiene que ser ágil a la hora de ejecutar las políticas de acceso a la red reflejando de forma automática los cambios de roles que se producen y que repercuten en los derechos o denegación de acceso a los sistemas de TI, y a la hora de salvaguardar la información crítica de negocio.

Enfoque integrado. Estos requisitos y retos han creado la necesidad de un enfoque integrado para gestionar el acceso a los sistemas de TI y las redes que muy pocos proveedores son capaces de proporcionar. Aspectos como los usuarios/cuentas, las credenciales digitales y los dispositivos que están siendo utilizados, y los derechos de acceso dentro de la empresa deben ser unificados bajo un marco común que ofrezca los servicios apropiados. Sin un enfoque integral, es imposible ofrecer el soporte a los objetivos de negocio que necesita la empresa dinámica y global de nuestros días, cuya disponibilidad e integridad debe estar constantemente garantizada, al igual que la actividad de sus aplicaciones de negocio para no ver reducida su productividad.
La red y, en consecuencia, las comunicaciones y la actividad corporativa se verán comprometidas si no se gestiona la identidad de forma apropiada, con soluciones que tengan visibilidad de la presencia o el estado del usuario, dispositivo, la ubicación y el control, asegurando al mismo tiempo el acceso a los recursos de red y aprovechando al máximo la infraestructura de servidores y de red.
La realidad es clara y quizás ha logrado superar el planteamiento de Marshall McLuhan. Hoy, las empresas necesitan una arquitectura de red flexible y modular que sea capaz de reunir una serie de atributos de diferentes fuentes que ayudan a construir identidades y correlacionar información.


Guillermo Sato
Country Manager de Extreme Networks

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