Innovación e inversión: pilares para salir de la crisis

La recesión económica está afectando a todos los sectores del mercado, sin embargo uno de los que menos ha sufrido ha sido el de las TIC. Y es que como ya se ha venido anunciando desde diferentes entornos económicos, la tecnología se ha vuelto imprescindible y se posiciona como el motor que permitirá al país salir de la crisis. Sin embargo, para que esto se convierta en realidad es preciso fomentar la innovación e invertir más.
Durante la última década, España ha realizado un gran esfuerzo en fomentar la inversión en I+D. Mientras que en el año 2000 representaba el 0,91% del PIB, en 2007 ascendía al 1,27% con un gasto que alcanzaba los 13.342 millones de euros y un crecimiento respecto a 2006 del 12,9%. Esta inversión ha afectado tanto al sector privado como público. De acuerdo a los últimos datos aportados por el INE, el gasto empresarial en I+D creció en 2007 un 14% (7.500 millones de euros) y el público un 12% (6.000 millones de euros), posicionándose por encima de los valores registrados por la mayoría de los países europeos.
Sin embargo, el futuro no se vislumbra tan optimista y es que las opiniones recogidas en el Informe Cotec 2009 sobre Tecnología e Innovación en España muestran que se podría producir un posible retroceso en esta evolución. Los problemas que los expertos han considerado más graves son el reducido número de empresas españolas que basan su competitividad en la innovación, la baja propensión del mercado financiero a apoyar proyectos innovadores y la escasa orientación de la investigación pública a las necesidades empresariales.
Por otra parte, la construcción del Espacio Europeo de Investigación sigue siendo un objetivo principal de las políticas comunitarias y se trabaja para que la libre circulación de investigadores, conocimientos y tecnología se haya alcanzado plenamente en 2020. El Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico, y el de Competitividad e Innovación, junto con las actividades del Consejo Europeo de Investigación y las que el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología ponga en marcha en los próximos meses contribuirán a estos objetivos. En este entorno, España deberá centrar sus esfuerzos en conseguir la plena integración en ese Espacio y llevar la investigación española más allá de sus fronteras.
Por esto, al igual que para otros muchos agentes implicados, Cotec aboga por un modelo económico más dependiente de la tecnología, fundamentalmente la generada en España. Según su presidente José Ángel Sánchez Asiaín, “es imprescindible tomar medidas urgentes para conservar el núcleo del sistema español de innovación, que se ha conseguido crear con esfuerzo durante los últimos diez años y que ya comenzaba a liderar un apreciable cambio en la capacidad tecnológica española. Hemos creado una sólida base sobre la que podemos construir un sistema de innovación plenamente eficiente, capaz de convertir, rápida y eficazmente, el conocimiento, adquirido y propio, en productos, procesos y servicios, que nos permitan competir en el mercado global. Lo verdaderamente urgente en estos momentos, es evitar que esto se destruya”.
El presidente del Cotec piensa que los esfuerzos hay que centrarlos en fomentar la inversión, en conservar “ese núcleo de 11.000 empresas, que hoy constituye el embrión de nuestro nuevo modelo de crecimiento y que en estos momentos peligran por falta de financiación”. También considera que los empresarios deben tomar cartas en el asunto y “convencerse de que el dominio de la tecnología es una ventaja competitiva ineludible, que ellos son los responsables de aprovechar y encauzar la capacidad científica y tecnológica que tienen a su alrededor”.
Entre las medidas que considera que se deben de poner en marcha para fortalecer las bases del modelo económico se encuentra la formación, tanto primaria como superior, “ya que así crearemos la base nuestros futuros profesionales y la capacidad para generar conocimiento”. Otro aspecto que destaca como fundamental es la calidad de las instituciones científicas “que deben mejorar muchísimo. Porque el bajo nivel de esta relación está suponiendo ya una importante pérdida de sustancia en nuestro Producto Interior Bruto. Y tendremos que mejorar, y rápidamente, nuestra pobre realidad en el gasto de las empresas en I+D, lo que hará necesario aumentar el número de su personal técnico y, especialmente, el de investigadores. Y tendremos que mejorar, también, una gestión empresarial que hoy está muy alejada de los desafíos de la globalización”.

Una década de desarrollo
Los indicadores de innovación que se recogen en el Informe Cotec 2009 sobre Tecnología e Innovación en España analizan hasta el año 2007, periodo que se caracteriza por revelar unas tasas de crecimiento del PIB superiores al 3% y una evolución positiva en las inversiones de I+D, tanto públicas como privadas. Entre 2000 y 2005, el incremento del gasto fue ligeramente superior en el sector público que en el empresarial, mientras que en 2006 y 2007 la tasa de variación de la inversión en I+D realizada en el sector privado ha sido superior al del público, aunque todavía el gasto ejecutado en las empresas españolas, el 0,71% del PIB en 2007, sigue siendo muy bajo cuando se compara con el de otros países con un nivel de desarrollo similar.
Los recursos humanos dedicados a I+D también han crecido durante el período considerado de forma paralela al incremento del gasto, de forma que en 2007 el número de personas dedicadas en España a actividades de I+D en equivalencia a jornada completa fue 1,7 veces superior al registrado en el año 2000, y su peso con respecto a la población ocupada, en tanto por mil, ha pasado de 6,8 en 2000 a 9,9 en 2007. En 2007, la actividad de I+D en España ocupaba a 201.108 personas, un 67% más que en el año 2000. De éstas, 122.624 (61%) eran investigadores, un 35% de los cuales trabajaban en las empresas. En los últimos diez años, con fluctuaciones anuales en su crecimiento, el número de investigadores del sector público se ha duplicado mientras que en el sector privado se ha triplicado.
Por Comunidades Autónomas, en 2007 Madrid y Cataluña seguían siendo los focos donde se concentraba el sistema español de innovación, seguido de Andalucía, País Vasco y Valencia que aportan el 76,2%. Entre 2000 y 2007, Navarra, La Rioja y el País Vasco han incrementado su esfuerzo en I+D, en valores absolutos, en modo superior a la media nacional, mientras que Baleares, Castilla-La Mancha, Canarias y Extremadura lo han hecho de forma inferior.
En comparación con el resto de los países de la OCDE, entre 2000 y2006 las tasas de crecimiento del gasto en I+D del conjunto de los cuatro grandes países europeos (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) han sido prácticamente iguales a las del PIB, mientras que España ha mantenido en esos años tasas de crecimiento del gasto total en I+D superiores a las tasas de aumento de su PIB, y muy por encima también de las tasas europeas para ambos parámetros.
Los últimos datos de la OCDE recogidos en el Informe Cotec 2009, muestran cómo el esfuerzo español en I+D ha mantenido en los últimos años una trayectoria de acercamiento al de l

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