A la expectativa
Ante este nuevo horizonte, ni la Unión Europea ni la CMT pueden favorecer la aparición de nuevos regímenes monopolísticos de facto con la excusa de propiciar las inversiones en fibra. Pero tampoco vaciar de expectativas el dinero gastado en construir las nuevas redes por parte de los que quieran –o puedan– apostar por el futuro. En España, concretamente, lograr ese equilibrio entre los intereses de Telefónica y de sus competidores no será fácil, pero tampoco imposible. Pese a algunos matices particulares, la general aceptación con que, de momento, han sido recibidos los principios que seguirá el desarrollo normativo de las redes de próxima generación promete conseguirlo. Son alrededor de 10.000 millones de euros en inversiones lo que está en juego, además del futuro del sector, que, por contaminación con el resto de la economía, precisamente ahora podría entrar en un nuevo ciclo de incertidumbres. Se necesitan incentivos.
P.D. Es cierto que hay que garantizar la libre competencia para tener éxito en las telecomunicaciones, pero también que si el servicio ofrecido no es bueno, de nada valdrá el mejor marco normativo para captar clientes. Cuando no merece la pena cambiar de operador, sencillamente el cliente se queda como está. Si después de dar por buenos el marketing y la publicidad de los alternativos, el usuario comprueba que sigue siendo maltratado por su nuevo “amo”, por lo general volverá donde solía. Un informe de J.D. Power and Associates revela que, pese a que los servicios de banda ancha son cada vez más rápidos, el nivel de satisfacción de los clientes ha descendido 10 puntos durante 2007, situándose en una media de 569 en una escala de 1.000. Prestaciones, fiabilidad y servicio al cliente/soporte técnico son las áreas más deficientes. Conclusiones que en lo esencial vienen a coincidir con otro informe recién publicado en el que Facua hace balance de las quejas y reclamaciones realizadas por los usuarios durante 2007 y, donde –una vez más– las telecomunicaciones se llevan la palma, a gran distancia del resto de sectores.