Mucho WiMAX, ¿demasiado WiMAX?

La concurrencia de varios acontecimientos interrelacionados está elevando la temperatura generada por WiMAX, que, poco a poco, está congregando a su alrededor las inversiones necesarias para alcanzar el éxito. Las apuestas por esta tecnología wireless de un buen número de fabricantes y operadores de todo el mundo es un signo optimista. Recientemente, Nokia –el líder en ventas de terminales móviles– anunciaba para 2008 el soporte de WiMax en sus dispositivos. Al mismo tiempo, Alcatel-Lucent formaba una alianza con Kyocera Wireless para desarrollar soluciones 802.16e-2005 de extremo a extremo.
En el frente de los operadores destacan los despliegues de Sprint Nextel y Clearwire en algunas regiones de Estados Unidos. También en Europa comienzan a aparecer iniciativas similares, como la anunciada por Vodafone para tender una red de estas características en el continente, o el interés de Telecom Italia por esta alternativa wireless como componente de una oferta combinada con otras tecnologías, como Wi-Fi, 3G y DSL. Una coexistencia que para muchos expertos será el enfoque más adecuado para garantizar en el futuro la banda ancha móvil más indicada para cada entorno. Si hasta hace no mucho el debate en torno a WiMAX se centraba en su consideración como dudosa sustituta de la 3G, hoy su convivencia con las tecnologías móviles de nueva generación está más que garantizada. Especialmente ahora que la UIT ha decidido certificarla como tecnología 3G para transmisión móvil de datos. De este modo, se equipara a sistemas como WCDMA y CDMA-2000, agrupados por la UIT bajo la denominación de IMT-2000. Una victoria para los defensores de la neutralidad tecnológica, entre los que se encuadra la UE. Así, a partir de ahora, los operadores que participen en futuras asignaciones de espectro podrán elegir WiMAX frente a otros sistemas 3G más establecidos.
A todos estos movimientos, que constatan el estado de gracia en que se halla WiMAX, el pasado octubre se unía otro que podría animar, e incluso cambiar, el panorama competitivo de esta industria. Los rumores se confirmaron y Cisco se introducía en este mercado con la compra de Navini Networks. Analistas y firmas consultoras coinciden en ver en el interés del mayor fabricante de redes por la tecnología y su modelo de negocio el detonante de una mayor presión competitiva entre los agentes asociados a este negocio, como Alcatel-Lucent y Nortel, sin olvidar a otras firmas especializadas como Alvarion. Estando cisco detrás, para estas compañías ya no será lo mismo competir con la tecnología de Navini en proyectos de despliegue a gran escala.
El contrapunto a tan espídica sucesión de novedades favorables para WiMAX viene de ABI Research, que en un reciente informe pone en entredicho su futuro a largo plazo, fijando el fin de sus días de gloria en 2012. En ese momento, ya contará con 95 millones de abonados y 200 millones de dispositivos móviles, pero LTE tomará el relevo. Para la consultora, las ventajas de LTE sobre WiMAX son evidentes, como su compatibilidad con los equipos GPRS y UMTS, o su cobertura de hasta 100 kilómetros de distancia, ventajas que ya se están probando, sobre todo en Europa, con el apoyo de operadores como Orange, T-Mobile y Vodafone.
Pero para entonces, ¿de qué será capaz WiMAX? Todo esto va muy deprisa y, a más velocidad, más incertidumbre.

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