Google y Apple abren el éxito de NFC

No es lo que se dice nueva, ni siquiera desconocida por los usuarios en muchas partes del mundo como Japón, pero ha bastado que Google se haya comprometido a darla soporte, y que algunos rumores y un puñado de evidencias apunten a que Apple prepara algo similar, para que la tecnología NFC empiece a ser moneda común (y nunca mejor dicho) entre los más ‘techies’ y en los reclamos mediáticos.
Durante el Web 2.0 Summit, celebrado el pasado lunes, el CEO de Google, Eric Schmidt, al detallar las novedades que incluirá la próxima versión de Android, conocida como Gingerbread, mencionó entre ellas el soporte de NFC (Near Field Communications). Gracias a esta tecnología de comunicación wireless en distancias muy cortas, compatible con RFID, los usuarios de Android podrán utilizar sus tarjetas de crédito en el smartphone y completar transacciones comerciales simplemente acercando el dispositivo a un lector adaptado a esta tecnología.
Aunque oficialmente Apple guarda silencio, durante meses se rumorea que el iPhone 5 soportará NFC, y no sólo para realizar pagos por el móvil. Los más informados aseguran que la próxima versión del iPhone permitirá a los usuarios pasar sus datos de un Mac a su smartphone. Visto así cobra pleno sentido que Apple contratase en agosto a Benjamin Viger, profesional con una amplia experiencia en NFC en compañías como Bouygues Telecom o mFoundry, para dirigir su división de comercio móvil.
Que con anterioridad Nokia se haya comprometido a dar soporte a esta tecnología en todos sus teléfonos en 2011 para promover no sólo los pagos por el móvil sino otros muchos servicios de proximidad, y el anuncio de RIM en la misma dirección, no han logrado despertar el mismo interés por NFC que todo lo que se está escribiendo ahora sobre los planes de Android y el iPhone. En realidad, la tecnología está disponible como estándar desde 2006 gracias al esfuerzo del Near Field Comunnications Forum. Y han sido y son muchas las experiencias que se han y se están realizando con NFC en diversos campos de aplicación. Por no mencionar su uso desde hace años en mercados como el japonés, donde millones de dispositivos ya operan con el estándar.
Varios operadores de todo el mundo están realizando pilotos con la tecnología, como Telefónica, que puso en marcha a principios de año una experiencia pionera en Sitges para realizar pagos por el móvil, con la colaboración de La Caixa, Visa y Samsung. Otro ejemplo, más modesto, es el ayuntamiento madrileño de Cubas de la Sagra, que acaba de poner en marcha un piloto para mejorar el proceso de gestión y recogida de residuos urbanos a través de la tecnología móvil gracias a una solución basada en NFC desarrollada por las firmas Everis y Orange.
Ahora, gracias a Google y Apple, todas estas experiencias, y otras muchas propiciadas por la banca y las firmas de tarjetas de crédito, podrían quedarse en simples preliminares de lo que pudiera ser la auténtica explosión de NFC. Quedan flecos por resolver –como los de seguridad, clave para conseguir el apoyo firme y contundente de la banca–, y llevará tiempo su generalización, pero si ambos emblemas de la sofisticación móvil se empeñan, sus fieles seguidores acabarán imponiendo por fin el servicio de proximidad de pago por móvil. Es justo el toque sugerente que le faltaba a esta tecnología para triunfar a lo grande.

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