Cloud computing: ¿el fin de la WAN corporativa?

Los departamentos de marketing de un buen número de fabricantes han llevado el concepto básico de cloud computing a un nuevo nivel en el que se está imponiendo un vocabulario totalmente original. La definición clásica de cloud computing asociada a Internet se corresponde ahora con la denominación de cloud pública, y su manifestación en el mundo de la empresa con la de cloud privada, que no es más que un entorno de informática y comunicaciones interno que proporciona a los usuarios servicios hardware y software detrás del firewall corporativo.
En este nuevo modelo, nada es blanco ni negro. Ejemplos de grises son otras dos formas de cloud computing. La primera es la “cloud híbrida”, que combina la privada y la pública; la segunda corresponde a la “cloud privada virtual”, que hace de puente, igualmente, entre la privada y la pública. ¿Desconcertado? Añada a las anteriores expresiones como cloudware, cloud client, cloud-oriented architecture, cloud storage o cloud app, y surgirá ante sus ojos todo un nuevo cosmos creado por la industria, no en años, en pocos meses. El “tiempo cloud” ha hecho lento al “tiempo Internet”.
¿Cómo y dónde impactará este movimiento en la WAN corporativa? Los cambios pueden ser tan drásticos como el outsourcing de la WAN a proveedores de servicios de próxima generación, o, como mínimo, su reingeniería para satisfacer requerimientos de calidad de servicio (QoS) y de acuerdos SLA. En las pymes, la decisión será fácil. Los ahorros potenciales en capital y gastos operacionales justificarán la adopción de cloud computing. El entorno corporativo es otra historia. Convertir la WAN corporativa en un supercomputador accesible desde cualquier lugar y en cualquier momento por el usuario final es otra cuestión. En el difícil mundo financiero actual, la adopción de cloud computing debería estar justificada por el incremento de la productividad y rentabilidad, no por el simple hecho del cambio tecnológico.
La migración corporativa a cloud computing será lenta y seguramente no a la velocidad que la industria desea. Como con la conversión a SOA, la migración al nuevo modelo vendrá determinada por la necesidad de adoptar un enfoque híbrido y virtual. La coexistencia, en vez de la evolución o el reemplazamiento, será la regla más que la excepción.
Casi todas las corporaciones, grandes y pequeñas, se encuentran en la misma fase del camino de conversión a SOA, un proceso de adopción que no cesará. Lo que ocurrirá es que SOA integrará a la “nube” como parte de su arquitectura, como ya lo ha hecho con el movimiento green y las tecnologías Web 2.0, sin modificar por ello su concepto ni su misión. En SOA la flexibilidad siempre será un rasgo estratégico fundamental.

Las cinco claves
Aunque los suministradores y fabricantes estén acuñando nuevos términos y nuevos enfoques, mi opinión sigue siendo la misma. Antes de comprometerse con alguna forma de cloud computing, las empresas deben encontrar respuestas a las cinco cuestiones básicas: seguridad, rendimiento, gestión, cumplimiento normativo y viabilidad financiera. Lo que ha cambiado durante los últimos meses es la suma de una nueva dimensión al problema. En el mundo del cloud computing privado, estas cincos cuestiones ahora hay que aplicarlas no sólo a la corporación, sino también al usuario final.
Si el usuario final puede recibir una suite más rica de servicios cloud computing, con SLA garantizados y QoS a un coste menor que un servicio convencional, ¿por qué tener una WAN corporativa? El acceso del usuario final y del centro de datos a la “nube”, pública y/o privada, es una exigencia obligada, pero la defensa de una WAN mallada basada en back-bone puede seguir abierta al debate en el futuro.
Todos los fabricantes y suministradores de infraestructura WAN, almacenamiento, servidores y software han abrazado la cloud computing privada. Mirando al pasado, las tecnologías de recursos compartidos tuvieron un efecto más negativo que positivo en la comunidad de proveedores de soluciones de empresa. Sin embargo, provocó la formación de una nueva clase de suministrador especialmente enfocado en el nuevo segmento de mercado que nacía. Lo mismo puede suceder hoy con los proveedores de servicios respecto de cloud computing.
Cloud computing se encuentra todavía dando sus primeros pasos, pero ya se empieza a bromear con una pregunta muy interesante y de profundo calado: ¿por qué tener una WAN cuando se puede tener una nube?


Frank Dzubeck
Presidente de Communications
Network Architects

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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