Xfera, el último empujón

Uno de los primeros retos telefónicos que el nuevo ministro de Industria, Joan Clos, tendrá encima de la mesa será el de Xfera, el cuarto operador de telefonía móvil, que aún no ha arrancado comercialmente. A comienzos del verano, la compañía, que pronto se rebautizará con un nuevo nombre, consiguió una solución que tranquilizó al Gobierno. TeliaSonera se quedó con la mayoría del capital y prometió reactivar el proyecto, justo a tiempo de que se acabara la prórroga dada por la Administración para no retirarle la licencia y ejecutar los avales financieros que el grupo tiene aún comprometidos. Falta, sin embargo, que Xfera salte de verdad al mercado, independientemente de que sea con los nórdicos al frente o con los españoles de ACS o FCC.
La gestión nórdica en Xfera ha entrado con fuerza, parece decidida, empieza a dar frutos, y dará muchos más en los próximos meses. TeliaSonera ha anunciado que a finales de año dará servicio en al menos siete grandes ciudades. Su estructura, al principio, será mínima, pero algo empieza a moverse dentro del proyecto, que ya ha sustituido a prácticamente toda la anterior cúpula directiva y ha empezado a fichar nuevos profesionales. No obstante, le falta un último empujón que venga de la mano de la Administración. En eso, los directivos nórdicos han sabido escoger el mejor momento para hacer lobby: justo cuando hay un nuevo ministro en el sector deseoso de lograr resultados y salir en las fotos, y cuando la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) está echando los restos para lograr mayor competencia en móviles. Es muy probable que los directivos suecos y finlandeses de Xfera no tarden en acudir a visitar a Joan Clos para que se revisen a la baja los avales que todavía pesan sobre la operadora. A su favor tienen ahora un proyecto bajo el brazo mucho más creíble que el que hace un año paseaban los directivos de ACS, entonces, principal responsable de la compañía. En aquel momento, los socios españoles de Xfera lanzaban permanentes globos sonda (algunos de dudosa credibilidad) sobre las negociaciones que mantenían con grupos internacionales para la venta multimillonaria del operador.
La baza más segura para la nueva Xfera será la de la interconexión y la del roaming. Y en este frente, la CMT será su mejor aliado. La Comisión, y sobre todo su presidente, Reinaldo Rodríguez –antiguo consejero del organismo que defendía a capa y espada la existencia de los operadores virtuales- no dudarán en presionar a la baja los precios de Vodafone, Telefónica y Amena, e intervenir con contundencia para que proyectos como los de Xfera, o de cualquier operador virtual con renombre, salgan adelante. De hecho, la CMT casi ha convertido en una auténtica cruzada su propósito de introducir al menos dos o tres nuevos operadores en telefonía móvil durante el mandato de Reinaldo Rodríguez. No en vano, cuando salió a la luz que El Corte Inglés había pedido autorización para ser operador virtual, fue desde la propia CMT desde donde se aireó la noticia, incluso antes de que lo confirmaran los responsables de los grandes almacenes.
Aunque la CMT se ha empeñado en introducir nuevos operadores en telefonía celular, también es consciente de que tiene que ser selectiva. Teme que al presionar a la baja los precios de la interconexión y el roaming, o del alquiler de redes para terceros, y allanar así el camino de los operadores virtuales, se cuelen por esa rendija todo tipo de proyectos. Incluso los puramente especulativos o con las vistas puestas en un futuro pelotazo. Si termina ocurriendo así, la imagen del organismo –muy deteriorada desde su traslado a Barcelona por la ineficacia operativa de ese cambio y por haberse plegado a los deseos gubernamentales– bajaría algunos enteros más.

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