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VoIP desde las trincheras

Tras muchos años de intentos, es ahora, con el éxito, cada vez menos teórico y más práctico, de la VoIP cuando los usuarios pioneros empiezan a convertirse en referencia incluso para aquellas empresas más reacias a los grandes cambios. Una pista: ninguno de los fabricantes tradicionales de sistemas telefónicos están desarrollando PBX convencionales de nueva generación. Sin embargo, persisten las dudas. ¿Está preparada esta tecnología para soportar los estándares de calidad propios del mundo de los negocios? ¿Cómo preparar las redes corporativas para soportar VoIP? ¿Es mejor adentrarse en la aventura solos o de la mano de expertos? En este artículo se ofrecen algunas respuestas.

En un despliegue corporativo de voz sobre IP (VoIP), las cuestiones fundamentales a tener en cuenta no son tan obvias como pudiera parecer en un principio. Está claro que habrá que tomar decisiones no demasiado complicadas, como la elección de productos específicos del tipo de teléfonos IP, IP PBX y gateways de voz, pero hay que tener en cuenta que cualquier debilidad que exista actualmente en la red de datos de la empresa será magnificada cuando se introduzca la nueva tecnología.
El primer factor a tener en cuenta para evitar sorpresas después del despliegue, cuando apenas ya sólo queda el remedio del parche, es el modelo al que responde realmente nuestra red corporativa. Y es que el tráfico de voz en tiempo real se verá afectado por cualquier cuello de botella potencial. Es posible que un retardo de un segundo en la recuperación de archivos de datos de un servidor provocado por una situación de congestión apenas sea percibido por el usuario, pero un retardo de tan sólo 50 milisegundos en una llamada telefónica a nadie pasará inadvertido. Esa es la diferencia entre una comunicación de voz de poca calidad y otra con un alto nivel de calidad.
Por ello, antes de desplegar cualquier equipo de VoIP, se deben evaluar las características de la red mediante un proceso de auditoría que incluya tres consideraciones primarias:

- Estadísticas de red y de uso. La auditoría debe incluir la obtención de métricas que establezcan los valores máximos, mínimos y medios de consumo de ancho de banda, latencia, jitter y pérdida de paquetes. En el caso de la utilización del ancho de banda, el punto fundamental a analizar para evaluar cuellos de botella potenciales son los enlaces entre conmutadores que forman la red troncal.
El uso de ancho de banda máximo se ve condicionado por las cuestiones de failover. Así, los enlaces ascendentes deberían siempre ser desplegados al menos en forma redundante, de modo que, si un enlace falla, el otro pueda tratar la carga de ambos. Por otra parte, la tasa de utilización de un enlace ascendente Ethernet agregado, por ejemplo, nunca debería exceder del 50%.
En las LAN actuales no es habitual que se produzcan altos niveles de latencia, jitter y pérdida de paquetes, factores que perjudican la obtención de voz de calidad. Donde existen se debe hoy generalmente a la presencia de equipamiento anticuado (como hubs, conmutadores Ethernet de 10 Mbps y conmutadores con baja memoria) o a errores humanos, como la desactivación de la capacidad de autonegociación de un conmutador, de forma que todos sus puertos operan por defecto en modo 10 Mbps half duplex; o la existencia de un cable Ethernet con una longitud superior a cien metros, la distancia máxima soportada por el cableado de Categoría 5.
En cualquier caso, las latencias de la red nunca deberían exceder los 100 millisegundos, y el jitter máximo admisible debería estar por debajo de 40 milisegundo; la pérdida de paquetes debería ser cero, aunque es posible conseguir voz de calidad con valores muy ligeramente superiores, pero siempre por debajo del 1%.

- Revisión de los elementos de la infraestructura. Se han de revisar los equipos de suministro de energía a fin de asegurarse de que proporcionan las prestaciones necesarias y están configurados correctamente. Asimismo, los conmutadores que van a soportar el tráfico de VoIP también deben soportar LAN virtuales (VLAN), a fin de poder disponer de capacidades de segmentación y aislamiento del tráfico de voz en la red de datos.
Igualmente, se debe contar con técnicas IP de calidad de servicio (QoS), como Type of Service (TOS) o Differentiated Services (Diff-Serv). En un gran despliegue de VoIP, estas técnicas permiten dar prioridad al tráfico de paquetes de voz frente al tráfico más tolerante a los retardos en un entorno de routing. Algunos sistemas IP PBX requieren además soporte de multicast.
Hay que asegurarse de que todas estas características están activadas y correctamente configuradas. Por ejemplo, si está activado Spanning Tree Protocol, los cambios en la topología a Nivel 2 podrían causar interrupciones de hasta 60 segundos mientras se actualiza cada base de datos de los conmutadores.

- Estimación de los requerimientos de ancho de banda. La mayoría de los distribuidores e integradores disponen de herramientas que ayudan a comprobar cuánto tráfico, tanto entrante como saliente, está realmente siendo transportado por la red de voz, estación por estación. Pero si un administrador de red prefiere realizar sus propios cálculos, hay dos lugares a los que acudir para obtener ayuda. El primero son los sistemas PBX corporativos, ya que la mayor parte ofrecen funciones de generación de informes sobre utilización de estación a estación y de estación a centralita. El segundo es www.erlang.com. un sitio Web repleto de tutoriales y calculadoras sobre la utilización del tráfico de voz.
Para traducir las estadísticas de utilización de voz a requerimientos reales de ancho de banda, se siguen una serie de reglas que permiten calcular el ancho de banda LAN básico, es decir, aquél que representa el peor de los casos. Primero, hay que emplear un codificador/decodificador (códec) G.711, ya que es el que más ancho de banda consume al proporcionar la mejor calidad de voz. Por velocidad de paquetización o, lo que es lo mismo, el volumen de voz cargado por paquete VoIP, hay que asumir un valor de 20 milisegundos, el establecimiento por defecto de la mayoría de los sistemas IP PBX. Usando G.711, con una ratio de paquetización de 20 milisegundos, la utilización del ancho de banda ronda los 88 Kbps por conversación de voz. Y previendo el peor de los escenarios en una hora de máxima ocupación, hay que asumir que uno de cada cuatro usuarios estará hablando por teléfono simultáneamente. Así, en un sistema de voz IP de mil usuarios, si multiplicamos 250 (número de conversaciones simultáneas en un momento dado) por 88 Kbps por estación obtenemos un requerimiento adicional de 22 Mbps en la LAN.
La situación es mucho más complicada en la WAN. Como el consumo varía en función de los codificadores de voz y de los protocolos WAN que se estén usando, en estos entornos no existen reglas para calcular el ancho de banda por llamada. Entre las distintas opciones de codificadores de voz (vocoders) de baja velocidad, es preferible G.729, ya que repetidas pruebas de laboratorio le confirman como el que suministra la mayor calidad de voz.
Cada vocoder de la IP PBX seleccionada debe soportar Voice Activity Detection (VAD) –también conocido como “supresión de silencios” (Silence Suppression)–, ten

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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