Vídeo bajo demanda (VOD)

Libertad total a la hora de elegir contenidos y horarios. Esta es la carta de presentación del Vídeo Bajo Demanda tras su desembarco en España. Y es que, gracias a este nuevo avance tecnológico, llegará un momento en el que todos los españoles podrán controlar desde el sillón de su casa toda la programación a su propio ritmo y desde un mando a distancia. Es decir, será el telespectador quién elegirá el momento exacto en el que quiere ver un programa o una película cualquiera: podrá pausar, rebobinar e incluso interactuar como cualquiera operaría con un vídeo doméstico. Un verdadero vídeo a la carta, de manera que cuando el usuario conecte la televisión podrá recuperar programas emitidos anteriormente, películas, conectarse a Internet o hacer telecompra. Se trata de un nuevo modelo de ocio/entretenimiento/educación ideal para hoteles, hospitales, residencias, universidades y centros de formación, empresas, aviones, trenes y barcos, basado en la idea de que cada persona pueda disfrutar de servicios interactivos personalizados en cada monitor, en cada habitación, en cada asiento.
El desarrollo del Vídeo Bajo Demanda es hoy uno de los grandes proyectos tanto tecnológicos como mediáticos, en un mercado que crece a un ritmo acelerado y que abarca todos los sectores, desde el dirigido a los sistemas de entretenimiento para huéspedes (hoteles, hospitales…), y al residencial o broadband, al especialmente ideado para redes corporativas y los sistemas de presentación utilizados, por ejemplo, en los museos.
El futuro inmediato del Vídeo Bajo Demanda se muestra muy esperanzador. Los últimos resultados confirman la consolidación del vídeo interactivo en el mercado gracias a las ofertas que las plataformas digitales y de cable ofrecen a sus suscriptores: un hecho que según las previsiones estimadas para 2005 conseguirá una facturación de casi 2.000 millones de dólares en el mercado.

Segmentos de clientes e ingeniería a medida. A pesar de todo, y de que en España el Vídeo Bajo Demanda es ya una realidad, su implantación está pendiente de algunos acuerdos con proveedores de servicios, que se están realizando de forma gradual conforme se implanta la cultura del vídeo a la carta. Hasta el momento, sólo algunos hoteles y compañías de enseñanza de idiomas cuentan con este servicio (forma comercial) que, además de funcionar de forma similar a un vídeo, ofrece otro tipo de servicios, como el acceso a Internet.
La tecnología que se utiliza es la heredada de los sistemas de tiempo real, con una arquitectura fiable en cuanto al hardware, el sistema operativo y el tiempo de respuesta. Los sistemas convencionales funcionan un poco al azar, es decir, dependen de que se mueva un ratón, o que se dé a un botón de una interfaz en red o cualquier cosa.
Además, este nuevo avance tecnológico está dirigido a cualquier tipo de cliente en general, pero la experiencia y los requisitos que implican normalmente las aplicaciones aconsejan dirigirse a los VAR (Revendedor de Valor Añadido) e IS (Integradores de Sistemas), es decir, compañías que toman la máquina, le añaden una aplicación y un valor añadido, y así la sirven ya como solución llave en mano para el usuario final.
También se puede hacer ingeniería a medida; si un determinado cliente necesita una interfaz muy particular para su conexión, se le puede suministrar sin problemas. Y respecto a los accesos o interfaces estándares, se cubren también los más comunes, con la posibilidad de salir en forma digital como se aborda un televisor normal y corriente. Se abarca tanto el espectro analógico como el digital en lo que ha salida de vídeo se refiere.

Alberto Villar, Director Gerente
Concurrent Computer Corporation

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