Uno para todos, todos para uno

Tecnologías Grid e informática distribuida

Hasta hace poco restringida a los ámbitos académicos y de investigación –como en su momento ocurrió con Internet y la World Wide Web–, Grid empieza a salir del cascarón perfilándose como una prometedora alternativa comercial de informática distribuida de área amplia. Apta para configuraciones basadas en intranet (LAN y WAN), extranet e Internet, este modelo se inspira, en último término, en la utopía de convertir los recursos informáticos –tanto procesamiento como aplicaciones y servicios– en una utility accesible bajo demanda. Una idea a primera vista descabellada pero probablemente requisito imprescindible en el desarrollo de la pervasive computing, dado su potencial para resolver los problemas de provisionamiento. Quizá ahí haya de buscarse la razón del creciente e inesperado interés que está logrando despertar entre los grandes suministradores de TI.

Aunque ya conocida en los círculos científicos, la informática Grid supone una propuesta nueva en el ámbito comercial que promete, según muchos expertos, introducirse en la empresa con una potencia comparable a la de Internet. Indicio a favor de esta opinión es el elevado grado de compromiso que está logrando por parte de los principales suministradores de sistemas TI; en su lista de acólitos, en continuo crecimiento, figuran grandes veteranos como IBM, Sun y Hewlett-Packard, además de algunas empresas especializadas de menor tamaño, como Entropía, Platform Computing, Entelos, Avaki o la española GridSystems. Tampoco Microsoft, pese a haberse sumado más tarde a este movimiento, se ha podido permitir el lujo de quedar al margen debido a las ventajas que este modelo puede aportar a su estrategia .NET, como a cualquier otra que gire alrededor de los servicios Web.
Grid es un concepto íntimamente relacionado con las tecnologías de código abierto, como Linux o peer-to-peer, y con la tan en boga idea de la “virtualización” de los recursos, habiendo llegado a ser considerada como una variante de área amplia del viejo conocido DCE (Distributed Computing Environment). Pero éste “de área amplia” no debe ser tomado a la ligera; podría representar precisamente la diferencia decisiva, que, junto a los enormes esfuerzos de estandarización y simplificación de la gestión que a su alrededor se están desarrollando, diera a Grid el éxito, evitándole seguir los pasos de su predecesora DCE, cuyo amplio despliegue nunca llegó a producirse.
Pudo ser que, simplemente, DCE se anticipara a su tiempo; ahora, la aceptación universal de Internet como plataforma de información distribuida, el creciente éxito de las redes interempresariales (donde los sistemas de diversas organizaciones implicadas en un mismo negocio se cruzan creando comunidades virtuales, con la consiguiente puesta en la Red de un número de aplicaciones en continuo aumento) y los tan esperados servicios Web, han confluido creando un entorno de colaboración donde la existencia de una plataforma básica que lleve la compartición hasta los recursos de procesamiento, almacenamiento, ancho de banda y aplicaciones, constituye, simplemente, la base idónea. Porque ¿qué mejor para unos servicios basados en componentes que un procesamiento segregable en “componentes”? ¿Y para unos servicios bajo demanda que una capacidad bajo demanda? ¿Y para unos recursos de información virtuales y distribuidos que una plataforma informática virtual y distribuida?

La informática como utility bajo demanda
El término Grid fue acuñado a mediados de la década de los 90 para designar una propuesta de infraestructura de informática distribuida para la investigación científica y la ingeniería avanzada que pudiera aprovechar la omnipresencia de Internet. En su sentido tradicional, una Grid es un ejército de procesadores conectados en red, ya sea sobre Internet, intranet o WAN corporativas, con el propósito de manejar enormes tareas de computación mediante la distribución del trabajo entre los diversos recursos de procesamiento.
El concepto ha sido utilizado en la investigación que implica análisis matemático de cantidades extraordinarias de datos, como la predicción meteorológica. Entre sus aplicaciones más peculiares se incluyen los proyectos SETI@home, que analiza los datos obtenidos por telescopios para la búsqueda de señales de vida extraterrestre, o Great Internet Mersenne Prime Search, cuyo objetivo es el descubrimiento del mayor número primo. Pero, poco a poco, las Grids van ganando terreno entre las empresas privadas, principalmente entre las más próximas a los ámbitos de investigación (como las que operan en la industria farmacéutica), pero también en la automoción y el análisis financiero.
La idea es similar a la de la red eléctrica, que proporciona un nivel estándar de servicio a cualquier dispositivo compatible. Se trata de convertir los recursos TIC –en un principio, su capacidad de procesamiento, pero ya se habla también de almacenamiento, ancho de banda y aplicaciones– en una utility, y, en su concepción tradicional, se basa en la integración de todos los ordenadores de una empresa o cualquier otra red, sumando sus capacidades, y generando así una potencia informática superior a la de un superordenador. El concepto clave es la colaboración de los diversos sistemas en la creación de un “superordenador virtual” mediante un proceso de comunicación máquina a máquina, transparente al usuario. Los ciclos libres de CPU de todas las máquinas –pueden ser PC, servidores o grandes ordenadores– integradas en la Grid son aprovechados para la realización de tareas de grandes dimensiones. Para ello basta con cargar en los dispositivos un software cliente específico y en uno de ellos, una máquina que puede ser jerárquicamente igual al resto pero encargada de la coordinación del conjunto, un software servidor.
Así, de la misma manera en que un usuario acciona un interruptor para conectarse a la red eléctrica –analogía frecuentemente utilizada para explicar el funcionamiento de una hipotética Grid global– y conseguir recursos bajo demanda, puede introducirse en una Grid informática accediendo a potencia de computación adicional según sus necesidades utilizando el recurso más barato posible: los ciclos de procesamiento ociosos de las máquinas integradas en el sistema.
Básicamente, un trabajo se somete a la Grid a través de una interfaz en el ordenador que sirve como portal a la red. Un software especial de gestión acepta el trabajo y lo divide en cientos o incluso miles de tareas independientes –por eso, el modelo sólo es aplicable a tareas que pueden realizarse mediante procesamiento paralelo–, localiza los procesadores total o parcialmente libres y distribuye entre ellos el trabajo e integra después los resultados obtenidos. Los beneficios en escalabilidad y ahorro de costes resultan obvios frente a la alternativa de recurrir a un superordenador.

Comunidades virtuales
El documento “The Anatomy of the Grid”, elaborado por Globus Project –una iniciativa creada con la intención de coordinar el desarrollo estandarizado de las diversas tecnologías Grid– define de manera precisa el segmento de aplicación de este tipo de plataformas, y subraya que esta concepción de la informática nace como una importan

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Fernando Rubio Román, CTO de Microsoft España. TECNOLOGÍA
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